El de Bruno Hortelano es, probablemente, uno de los nombres que más apetece ver en el Mundial de Pista Cubierta de Belgrado. El madrileño ha pasado por un via crucis, tanto físico como mental, los últimos tiempos, pero desde hace unos meses ha recuperado la fortaleza y la seguridad que le habían llevado a proclamarse campeón de Europa y plusmarquista nacional de los 100, 200 y 400 metros. El atleta de Nike se ha clasificado para la prueba de 400 en la capital serbia y conociendo su historial competitivo va a por todas en la principal cita ‘indoor’ de este 2022.
Antes de poner rumbo a Belgrado junto con el resto de la expedición española, Hortelano ha concedido una entrevista a la RFEA en la que ha hablado de todo ese proceso que ha vivido y ha dejado frases muy interesantes, para la reflexión.
“Comencé a sentir mucha presión de la gente que me rodeaba en ese momento. Las marcas no salían, el nivel no alcanzaba para afrontar mis objetivos. A finales de 2020, tras mi tercera lesión consecutiva, había dejado de trabajar con mi anterior entrenador, Adrian Durant. Necesitaba sanar y me fui con Jesús. Diseñamos una hoja de ruta sin prácticamente impactos durante todo el año; mientras mis compañeros estaban en la pista yo iba a la piscina o hacía ejercicios en la arena o la hierba. Eso, junto a mis visitas al quiropráctico, me limpió el cuerpo. Volvía a estar sano… pero no rápido“, asegura Hortelano.
Una conversación inesperada y un giro
“Me iban a hacer falta meses de preparación específica y no había tiempo. Después de esas dos carreras comencé a entrenarme a mí mismo, pero estaba desganado, desmotivado… Sabía que tenía potencial, lo he sabido siempre, pero no encontraba la manera de sacarlo“, añade Bruno, que acompañará a Manuel Guijarro en esos 400 metros en la ciudad balcánica. Una situación límite que ha conseguido ir dejando atrás. Un recorrido largo y duro.
Hasta que su camino se cruzó con el de Pedro Jiménez, un personaje que nos descubrió en profundidad recientemente nuestro compañero Alfredo Varona: “Estuvimos una hora y media hablando de todo, más allá del deporte. Eso fue a finales de julio, lo recuerdo porque yo estaba pasando el Covid. Se me quedó una sensación de bienestar, pero todavía no lo tenía claro“. La historia con Pedro está yendo por buenos derroteros, pero el desenlace promete emociones fuertes.
