Como en cualquier otro mundillo, a la peña del running a veces se nos va la mano, el brazo, e incluso el hombro. Y cada vez que aparece una nueva tecnología o un nuevo producto revolucionario, nuestro buen amigo Marketing se encarga de explicarnos lo ridícula que había sido hasta ahora nuestra experiencia atlética sin él.
Entonces hay dos opciones… bueno tres.
- Una es comprarlo y usarlo entre 0 y 3 veces para, acto seguido, almacenarlo en un lugar recóndito y así no cruzarte mucho con él, evitando sentirte un canelo cada vez que establezcas contacto visual con el artículo en cuestión.
- Otra es no comprarlo y quedarte fuera de juego. Serás una especie de apestado rebelde durante un tiempo, y sólo si el producto resulta ser un mojón, con el tiempo volverás a ser readmitido en la comunidad.
- La última opción es comprarlo y usarlo hasta quedarte sin aliento, bien porque funciona o bien porque te jode admitir que te han colado el gol de tu vida (por ejemplo de penalti a lo Panenka con una vaselina y con un caño… todo junto). Entonces te pones la careta de comercial de ese producto y vas taladrando a todo cristo sobre las bondades de esa maravilla.
No hablo de que haya que correr en pelotas y beber tu propia orina para ser auténtico; ni de que las cosas que se inventan no sean útiles, pero sí que (insisto) cabe decir que se nos va la mano muchas veces. En fin, me voy a rodar 30 minutillos con lo justo: los compresores, el gps, el pulsómetro, mi ropa especial para expulsar el sudor, una visera técnica y poco más… ¡porque tampoco es cuestión de hacerse daño corriendo!
Es la primera vez que escribo un comentario en un artículo de este o cualquier otro diario, siento hacerlo hoy, y siento hacerlo además para decirte que antes de hablar de un tema como el de hoy, intentes leer algún articulo de los muchos que se han publicado sobre electroestimulación y sus beneficios como complemento de un entrenamiento. Es increíble que te atrevas a escribir algo así.
Siento hastío cuando profesionales de nuestro sector empiezan a hablar de cosas sin saber. Gracias por dejarte en evidencia, gracias por demostrar una vez más que en nuestro campo, lamentablemente, cualquiera puede se alguien si se vende bien.
Hola Roberto, siento haber herido tus sentimientos. Es sólo una ilustración y no un ataque a la electroestimulación, técnica que utilizo y avalo. Me ayudó en mi fractura de estrés de metatarso, ayudó a mi padre en su osteopatía de pubis cuando ninguna otra cosa lo hizo… en fin, sepamos relajarnos, y está muy feo explicar un chiste pero, imagina que el gemelo flaco es realmente un envidioso.
Paz y humor.
Independientemente de si es electroestimulador, funciona o no, de si debes ser muy profesional o no para usarlo, TE FELICITO por tu artículo, porque a mi personalmente me ha hecho reir, y me he visto reflejado en él. Es verdad que en nuestro mundo capitalista, de todos los productos les podemos sacar cosas positivas, pero realmente, muchas veces compramos por los ojos o porque nuestros compañeros de KM los usan y, si a ellos les funciona a mí más. Y al final acabamos acumulando reloges (cada vez más buenos y caros), frontales, ropa, etc. cuando realmente lo imprescindible para salir a la calle a correr, son unas buenas zapatas. Felicidades de nuevo, saludos y KM para todos!!!
gracias David, viene bien el feedback 😉
Tienes toda la razón, siempre esta el que por estar a la última se compra cualquier novedad y no sabe cual es su función o finalidad, el problema de este artículo es que se centra en la electroestimulacion. Pero como han dicho, me siento identificado en algunas cosas xD. Maldito mundo capitalista jejeje.
Buena viñena y buena reflexión