El debate acerca de la dosis ideal de ejercicio, en el que se ha cuestionado cuánto ejercicio es saludable realizar o cuál es la cantidad de ejercicio justa para tener una vida más longeva, no es nuevo. Sin embargo, dos nuevos estudios publicados en JAMA Internal Medicine desvelan muchos de los puntos discutidos por los profesionales del deporte hasta ahora y nosotros te vamos a contar las principales conclusiones.
Las claves de los estudios
Las guías de actividad física estadounidenses concluyen que con 75 minutos semanales de actividad aeróbica intensa o 150 minutos de actividad intensa-moderada se obtienen beneficios en el área de longevidad y sugiere incluso doblar esa cantidad. Pues bien, el objetivo del primero de los estudios llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de la Universidad de Harvard y otras instituciones no era otro que asociar la dosis-respuesta entre actividad física con mortalidad para definir unos límites a partir de los cuales el ejercicio podría incluso ser desfavorable en este sentido.
Una vez clasificada y analizada la muestra en función de las horas de ejercicio semanales de 661.000 personas con valores recogidos durante 14 años, reveló que todos aquellos que completaron el ciclo de 150 minutos semanales de actividad física moderada o 75 minutos semanales de actividad aeróbica intensa disfrutaron de mayores beneficios de longevidad y un 31% menos de riesgo de muerte que las personas que no practican ningún tipo de ejercicio.
Además, en caso de hacer deporte y no alcanzar estas recomendaciones el riesgo de mortalidad era un 20% inferior en relación a los que no practicaban deporte. El otro gran hallazgo encontrado en el estudio es que las personas que triplicaban estos parámetros y practicaban en torno a 1 hora de ejercicio moderado diario tenían un 39% menos de probabilidad de morir prematuramente frente a las personas que no practicaban ejercicio. A partir de este punto, las personas que superaron los límites de ejercicio recomendados en 10 veces o más (25 horas semanales) no aumentaron su longevidad en relación a los que siguieron las directrices recomendadas,
Por su parte, el estudio australiano sobre el efecto de la actividad física moderada a vigorosa y mortalidad aborda un asunto controvertido, como es el del ejercicio intenso, concluyendo que no es para nada perjudicial sino todo lo contrario: puede incrementar la longevidad del deportista.
En definitiva, teniendo en cuenta los datos de estos estudio y de otros de similares características, queda claro que los 150 minutos de actividad física semanal, de los cuales 20-30 minutos pueden y deben ser de actividad intensa, son más que recomendables para mantenernos saludables y aumentar la longevidad.
En cualquier caso queremos dejar claro que, a pesar de que estos estudios se realizan bajo una base científica, es cierto que cada persona es un mundo y cada uno sabe muy bien sus limitaciones. Enfermedades cardiovasculares o de cualquier otro tipo pueden influir negativamente en la longevidad de una persona, por muy deportista que sea. Por otro lado sabemos que cuestiones tan básicas como la alimentación son fundamentales para llevar una vida saludable y conseguir aumentar la esperanza de vida.
En fin, ahora que ya sabemos cuál es la dosis perfecta de ejercicio para aumentar la longevidad, ¿salimos a correr?
