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Caminar es siempre una buena manera de hacer ejercicio y desestresarse

caminar y meditación

Caminar es una de las formas más populares de ejercicio y puede ser una gran manera de desestresarse. He aquí algunas de las razones y una mirada especial a la caminata meditativa o consciente.

En primer lugar, ¡es gratis! Una de las mejores cosas de caminar es que no requiere ningún equipamiento ni ropa especial: todo lo que necesitas es un buen par de zapatillas y ropa cómoda para el tiempo que haga. Esto lo convierte en una forma de ejercicio accesible para las personas que no tienen acceso a equipamientos, aparatos o clases de gimnasio. También es una forma estupenda de ahorrar dinero sin renunciar a los beneficios de un estilo de vida activo.

Otra razón por la que caminar es tan beneficioso como ejercicio es su naturaleza de bajo impacto. A diferencia de correr, que pueden ser duro para el cuerpo, caminar tiene muy pocos riesgos asociados. Por eso es perfecto para las personas que se están recuperando de una lesión o para las que acaban de empezar a ponerse en forma. Mucho más suave para las articulaciones que otras actividades, por lo que es adecuado para las personas con artritis u otros problemas articulares que no quieren agravar aún más su condición haciendo ejercicio.

Este tipo de ejercicio ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación, al tiempo que aumenta la fuerza y la flexibilidad de los músculos de todo el cuerpo.

Caminar también tiene múltiples beneficios para la salud mental: los estudios sugieren que caminar con regularidad puede ayudar a reducir la depresión y la ansiedad, mejorar la calidad del sueño e incluso aumentar los niveles de autoestima.

Para muchas personas que se enfrentan a estos problemas, salir a pasear tranquilamente puede ser increíblemente terapéutico y ayudarles a controlar mejor sus síntomas a largo plazo. Además, pasar tiempo al aire libre se ha relacionado con mejoras en el estado de ánimo y el bienestar mental en general, por lo que combinarlo con actividad física es aún mejor.

El estado de ánimo que se siente al caminar puede amplificarse aún más si se practica el movimiento meditativo o consciente, que permite que los pasos y los movimientos respiratorios confluyan en perfecta armonía.

Caminar y meditación: qué es

La caminata meditativa es una práctica que puede realizarse en cualquier lugar, y consiste simplemente en ser consciente del cuerpo: la respiración y los latidos de tu corazón mientras se camina. Puedes concentrarte en contar tus pasos o en cómo sientes que el aire entra y sale de tus pulmones. Es importante no precipitarse, sino tomarse el tiempo necesario para percibir cada sensación.

La mayor conciencia que se obtiene al centrarse en el propio cuerpo permite reconocer mejor las sensaciones más sutiles: desde el sol que calienta la piel hasta una suave brisa que nos roza. En este estado, puede que incluso te des cuenta de detalles de la naturaleza que normalmente pasarías por alto, como el canto de los pájaros en los árboles cercanos o pequeños animales correteando en busca de comida.

Esta práctica puede ayudar a calmar la mente y reducir el estrés, y con el tiempo también puede ayudar a ser más consciente del entorno. El objetivo es ser más consciente de cómo se mueve nuestro cuerpo, cómo te sientes y cómo utilizar mejor el movimiento para interactuar con el entorno.

Al monje budista zen Thich Nhat Hanh se le atribuye el mérito de ser uno de los primeros en utilizar las caminatas para la meditación. Caminaba de un lado a otro por un sendero, centrándose en su respiración y despejando su mente de distracciones. Esta práctica se sigue utilizando hoy en día como una forma de conectar con el momento presente.

La caminata meditativa es una forma de meditación de atención plena que suele realizarse en la naturaleza. A diferencia de la meditación clásica, no se centra en ningún objeto o pensamiento en particular. El objetivo es simplemente estar en el momento presente y centrarse en las sensaciones de la marcha. Esta práctica, además de calmante y relajante, y también puede ayudar a mejorar la concentración.

Por último, hay muchas formas de incorporar los paseos a la rutina diaria. Ya sea dando un paseo de 45 minutos a la hora de comer en el trabajo o dando un tranquilo paseo por el barrio después de cenar todas las noches, no importa el tipo de paseo que elijas, siempre y cuando te mantengas activo. También puedes probar a cambiar de ruta de vez en cuando para mantener el interés, lo que evitará que te aburras y te permitirá ver cosas diferentes cada vez.

En definitiva, caminar es una forma excelente de mantenerse en forma y controlar los niveles de estrés; además, no cuesta nada y puedes hacerlo de muchas maneras. Tanto si lo haces con fines terapéuticos como si simplemente te gusta estar en contacto con tu entorno mientras realizas una actividad ligera en los momentos libres del día, ¡no hay ningún inconveniente! Así que si todavía no has empezado a incorporar más paseos en tu rutina diaria, ahora puede ser un buen momento para empezar a explorar los increíbles beneficios que conllevan.


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