A Carlos Marchena la vida le ha deparado un giro de 360 grados en poco más de un mes. La marcha de Montella le abrió las puertas del vestuario de su Sevilla de la mano de Joaquín Caparros. Allí se encontraron un vestuario roto, con un equipo que se iba a la deriva y físicamente muy lejos de lo debería esperarse de un equipo que se estaba jugando meterse en la Liga Europa. Quedarse fuera de Europa hubiera sido una catástrofe en el Sánchez Pijuan. En apenas unas semanas cambiaron la cara al equipo logrando el objetivo que demandaba la afición sevilliista.

Carlos Marchena, el guardián de Iniesta en el Soccer City (leer noticia)