Es una evidencia que los equipos rivales siempre tienden a correr más que el Barça. Los catalanes descansan con el balón en los pies mientras el rival corre persiguiendo el esférico tratando de evitar las posesiones largas. Pero tener el balón no significa siempre tener la iniciativa del partido y el ímpetu y la energía de los rivales ha provocado algún tropezón, especialmente el de Anfield en el que el Liverpool fue tremendamente superior al Barça y corrió muchísimo más que los de Valverde.

El Barça corrió menos que su rival en todos los partidos de Champions (leer noticia)