Se mantuvo la incertidumbre hasta ultimísima hora en Milán. El Giuseppe Meazza no respiró tranquilo hasta que en las horas previas al duelo se confirmó que Leo Messi vería el partido desde el palco. Tranquilo, rodeado de su hombre de confianza, Pepe Costa, presenció in situ el empate que cosecharon sus compañeros sobre el césped. El miércoles la plantilla tenía descanso para recuperarse tras el esfuerzo realizado en la capital lombarda, pero Leo acudió a la Ciutat Esportiva Joan Gamper para ejercitarse en solitario y seguir avanzando plazos en su puesta a punto.

Messi será dueño de su destino en el duelo ante el Betis (leer noticia)