Esta teoría se refuerza con la siguiente estadística: desde la temporada 1962/63 solamente ha habido una final donde el perdedor haya logrado perforar la portaría rival en más de una ocasión. La única excepción la encontramos en la temporada 2004/05, donde el mundo del fútbol se deleitó con un sorprendente 3-3 entre el AC Milan y el Liverpool. Ese partido terminó con los ‘reds’ levantando la ‘orejona’ tras una tanda de penaltis de infarto.

La garantía para conquistar la Champions está en la defensa (leer noticia)