Su llegada en enero de 2020 fue tan sonada como inesperada. De golpe, dos grandes del fútbol mundial, Boca Juniors y FC Barcelona, a la greña por un futbolista que apenas había participado en un par de amistosos con el equipo ‘xeneize’. Un compañero de Jon, el hermano de José Mari Bakero entonces en Toronto, fue quien alertó al navarro de un central zurdo con mucho futuro.

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