Victoria del héroe de la España vacía

Wellens celebra su victoria en la quinta etapa de la Vuelta

Wellens celebra su victoria en la quinta etapa de la Vuelta / AFP

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Hay ciclistas que cuando se van de vacaciones, al menos en el mundo que se conocía antes de la pandemia, cogen el avión, atraviesan el Atlántico y buscan el contacto del mar junto a alguna palmera del Caribe. Todos, o casi todos, todos menos Tim Wellens, el ciclista belga que hoy se ha impuesto en la meta de Sabiñánigo tras culminar la fuga del día.

Tomás Guitarte, el diputado de Teruel Existe, estaría orgulloso de Wellens y también de su compañero del Lotto y amigo, ahora en el Giro, Thomas de Gendt, quien,  de hecho, fue el artífice de la idea. «Él se encargó de todo, reservó los hoteles, buscó las rutas, fueron unos paisajes vacíos pero hermosos, aunque pasamos mucho frío», explicó tras la victoria.

Terminó la temporada 2019 y Wellens De Gent se fueron a Teruel, más o menos por esta época, cuando el mundo era normal. Bautizaron las vacaciones como el viaje a las Montañas Vacías y durante cinco días recorrieron en bici, a través de 680 kilómetros, los parajes de Teruel y también de Cuenca, vieron nacer el Tajo y subieron hasta Javalambre donde el año pasado ganó, precisamente en la Vuelta, Ángel Madrazo, El Gorrión de Cazoña.

Proyecto aplazado

Wellens y su amigo De Gent, coleccionistas de etapas, corredores de calidad, de los que cuando se escapan, como hoy, acostumbran a ganar, son amantes de las grandes excursiones en bici. Si el año pasado recorrieron la España vacía, hace dos se fueron a correr el Giro de Lombardía y al acabar la clásica italiana regresaron a Bélgica en bici. Y de haber sido el 2020 un año normal querían viajar, siempre en bicicleta, desde Mónaco hasta Polonia. «Pero ahora es muy complicado  por lo que vamos a descansar  y lo dejaremos para otra ocasión».

Wellens tuvo que dejarse el alma en la escapada. «Casi dos horas costó consolidarla», porque había un repecho muy goloso en los últimos 500 metros de Sabiñánigo y equipos como el Ineos, que está en todas partes, no querían dejar pasar la ocasión para que Richard Carapaz arañase algún segundo al resto de favoritos, aunque al final fue, como siempre, el líder Primoz Roglic el que aventajó al resto de contrincantes. Y con caída de Dan Martin en los metros finales los jueces tuvieron que deliberar que tiempo le daban y dónde lo ubicaban después de que Roglic logró cuatro segundos extras gracias a su demarraje, que le fueron anulados de forma injusta por la decisión de dejar a todos iguales por la caída.

Wellens, el ganador, pudo recrearse por los parajes vacíos del norte de Aragón, en una etapa que partió de una Huesca confinada. Pero si hoy ha habido paisajes vacíos no fue tanto porque no hubiera habitantes, como sucedió  en Teruel, sino porque todo se hace a carretera, a pueblo y a montaña vacía, como sucederá mañana en la ascensión a Formigal que ha tenido que sustituir al añorado Tourmalet, por la negativa francesa a permitir el paso de la Vuelta a su territorio.

El Tourmalet, quizá la montaña más mítica, se quedó este año  sin Tour, como Wellens que se cayó y lesionó antes de la ronda francesa. De ahí su alegría tras triunfar hoy en Sabiñánigo.