Noche de insomnio en el Tour

Las jornadas de descanso suelen serlo todo menos un día de reposo

El COVID modifica las sensaciones en el Tour

El COVID modifica las sensaciones en el Tour

Sergi López-Egea

Sergi López-Egea

Que bonito sería haber pasado en la playa o paseando por la isla de Ré la primera jornada de descanso del Tour y hasta disfrutar de las ostras, que son en este espacio insular la reliquia local. Pero no, una jornada de reposo en la ronda francesa lo es todo menos un día para reponer fuerzas. Y más cuando buena parte del futuro de la carrera se decidía en lo que debería haber sido una fecha para la siesta, para estar tumbado en la cama.

En el Tour hay una ciudad que suele ser la capital del sobresalto. Hubo una época donde siempre pasaba algo en Pau, es el lugar del que estoy hablando. Se esperaba una tarde plácida, cuando la carrera se disputaba en julio, y hasta podía haber tiempo para una cabezadita cuando se conectaba un instante el ordenador y lo primero que se leía en la prensa local era que Alexander Vinokurov, hoy mánager del Astana, había dado positivo, y no precisamente por covid-19. Otra vez le tocaba a Michael Rasmussen salir por la cocina del hotel donde dormía, con el jersey amarillo a cuestas y la sospecha de dopaje a la espalda. Y hasta Franck Schleck interrumpía una cena, otra vez, por tomar cosas que no se debían.

Del dopaje a los PCR

Hoy el Tour no se mueve por temas de dopaje, sino que lo que trata es esquivar el virus, que no penetre, o lo mínimo posible, en la burbuja creada. Hoy el insomnio de los responsables de los equipos no está en saber cuándo llegará desde París la confirmación de que no hay nada raro en los análisis de orina o de sangre. Hoy son los mocos que se sacan de la nariz, los que evidencian si el virus ha entrado o no en el cuerpo a través de una prueba que se denomina PCR.

Y aquí nadie está libre de culpa. El virus no conoce cargos, ataca por igual al que manda como al que recibe órdenes. Ya lo sabe Christian Prudhomme, el director de la carrera, que se tiene que quedar confinado en su hotel al menos, si tiene suerte, hasta el próximo domingo. En Fancia la cuarentena solo dura una semana.

Lo conseguirán, se conseguirá

Pero esta vez París se ve más cerca, el Tour, aunque sea sin su director, sigue rodando y se dispone a afrontar la segunda semana de las tres de competición. Coronavirus mediante ya se empieza a ver en el horizonte el Arco del Triunfo, la Plaza de la Concordia, la imagen lejana de la Torre Eiffel y todo París con su luz y su energia. Lo conseguirán. Lo conseguiremos. 0 positivos entre los corredores, la mejor noticia aunque no se haya descansado el día de reposo, aunque las ostras se hayan visto en la distancia y aunque muchos hayan tenido una noche de insomnio hasta que ha conocido los resultados.

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