Rafa Nadal vuelve a reinar en Pekín

Rafa Nadal levantó en Pekín su sexto trofeo de la temporada y el número 75 de su carrera. Ganado a base de sufrimiento, el que vivió en su primer partido, salvando dos 'match balls' ante el francés Lucas Pouille, y de un tenis de muchísimos quilates, que fue mostrando a lo largo de toda la semana, y ante el que cedieron Karen Khachanov, John Isner, Grigor Dimitrov y, para rematar, Nick Kyrgios.

Victoria por 6-2 y 6-1 sobre el tenista de Canberra en una hora y 33 minutos de juego. Triunfo indiscutible, inapelable, digno del número uno del mundo. Y es que, tras unos primeros 'games' muy disputados, Nadal impuso su ley sobre la pista del National Tennis Stadium de Pekín.

Rafa presionó sin tregua. Y acabó asfixiando y también desquiciando a Nick Kyrgios que se dedicó a una guerra particular con líneas y juez de silla por un par de puntos que debería haber borrado de su mente de inmediato. Tuvo sus opciones, aunque pocas (0 de 4 en puntos de break), el australiano que, pese a su tenis fácil y completo, no encontró respuestas al ataque de Rafa, que lograba así su primera victoria sobre el de Canberra en pista dura. "Sigue así porque tienes un gran futuro en este deporte", vaticina el campeón.

Pero aún tiene que mejorar Kyrgios. En especial, el aspecto mental. No puede obcecarse como lo hizo por una bola que fue buena pero que cantaron mala y que habría significado el 'break' en el juego inicial. Rafa le enseñó que hay que seguir luchando. Porque él lo hizo. Sin mirar el marcador. A lo suyo. Poniendo tierra de por medio.

Doce años atrás ganaba por primera, y hasta ahora, vez. "Cuando gané aquí en 2005 no podía pensar que en 2017 todavía estaría jugando... y ganando de nuevo el título", reconoció Rafa.

Nadal viaja a Shanghai con un botín de 500 puntos que añadir a su nómina, ampliando las distancias con Roger Federer en su batalla por cerrar la temporada en el número uno. Le esperan el penúltimo Masters 1000 de la temporada... y el estadounidense Jared Donaldson.