La peor versión de Nadal cayó ante Federer en la final del Masters 1000 de Miami

Tenis

Roger Federer se lleva la mano a la cabeza tras ganar a Rafa Nadal en Miami / AFP

Carlos R. Galindo

Carlos R. Galindo

Mal partido de Rafa Nadal. Malísimo. De hecho, el balear nunca estuvo en pista. Un Roger Federer más que discreto nunca debió mostrar su mejor versión para ganar la final del Masters 1000 de Miami por 6-3 y 6-4 en 1h.35 minutos. Nadal ha perdido este año sus tres enfrentamientios con el suizo, includo el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada.

Nadal, al que le sigue siendo esquivo este torneo -en el que ya perdió cinco finales- no estuvo acertado. Más fallón que de costumbre, el manacorí tuvo opciones de rotura en tres de los juegos del primer set, pero no logró cerrar la 'faena', algo que el suizo si hizo en el octavo juego para ponerse 5-3, y llevarse el primer parcial.

En la segunda manga, el ex número uno del mundo y jugador más en forma del circuito, con sus tres títulos en lo que va de año, tomó la ventaja en el séptimo y se puso 5-4 y servicio, distancia que no pudo recuperar el mallorquín, que perdió así su quinta final en Miami (2005, 2008, 2011 y 2014)

Se esperaba con impaciencia esta final. Federer, tras un 2016 accidentado -estuvo seis meses en el dique seco para recuperarse por completo de sus problemas en la rodilla, de la que fue operado en febero de ese mismo año- regresó al circuito con una impronta desconocida. En los primeros compases de la sesión ganó en la final de Australia a Rafa Nadal tras cinco épicos sets. Repitió victoria en Indian Wells y este domingo hizo lo propio en Miami. Cuando muchos ya le daban por 'finiquitado', el suizo parece disfrutar de una segunda juventud y, pese a sus 35 años, está más en forma que nunca.

El suizo, en racha

El de Basilea logró este domingo su cuarta victoria consecutiva sobre el mallorquín y pese a que en el histórico entre ambos aún gana Rafa por 23 victorias a 14, la estadística en pista dura ya es favorable a Roger (9-10). Y cuando parecía que el helvético acusaría el cansancio, se mostró más fresco que su rival, pese a la diferencia de edad existente entre ambos (cinco años). 

De esta forma, el suizo logró un nuevo título (91) y la tercera corona en Miami. Además, puede presumir de ser el campeón de mayor edad del torneo. 

Federer y Nadal firmaron la trigésimo séptima de sus épicas batallas en el lugar donde libraron la primera de ellas, en 2004, ante un público que acudió a las gradas sabiendo que verían un duelo que, con probabilidad, no se repetirá muchas veces más en el futuro en la pista central de Crandon Park.

La locura se desató desde el inicio y la cancha se puso de parte de Federer en un torneo en el que Nadal tiene tradicionalmente el favor del respetable. Pero el balear no tuvo su día. Estuvo desconocido. Y pese a los 30 golpes ganadores del suizo (18 en el primer set), Rafa se fue diluyendo, tal vez, presa de la fuerte humedad mucho más que del apremiante calor. 

En su camino hacia la final, Nadal había superado a rivales de menor entidad y por la vía rápida, tan solo con un set perdido, pero Federer tuvo que sudar en cada uno de sus encuentros, algo que hacía presagiar que el suizo aparecería cansado.

Nada más lejos de la realidad, porque el suizo imprimió a su juego el mismo ritmo que le llevó a ganar disputados duelos ante Kyrgios, que le exprimió durante más de tres horas, o Berdych, ante el que salvó dos puntos de partido.

Este lunes, el nombre de Roger Federer aparecerá en el cuarto lugar de la clasificación mundial ATP, más cerca de ese primer lugar que ocupó durante 302 semanas pero aún, a un mundo de distancia.