'El Rey del cachopo' o los peligros del 'true crime'

Las productoras están peinando hemerotecas en busca de nuevos casos que den juego para una otra nueva serie

César Román, el Rey del Cachopo, es el protagonista del nuevo true crime de Netflix.

César Román, el Rey del Cachopo, es el protagonista del nuevo true crime de Netflix.

José Antonio Martínez Perallón

A las pocas semanas de arrasar con la serie de 'El caso Asunta', otra serie true crime se ponía en lo más alto de lo más visto en Netflix. Un documental que en tres episodios de 45 minutos de duración abordaba el asesinato que puso entre rejas al cocinero César Román, más conocido como el Rey del Cachopo. Un caso mediático y con todos los ingredientes para que acabara siendo llevado a la pequeña pantalla en estos tiempos de expansión del género y en el que las productoras están peinando hemerotecas en busca de nuevos casos que den juego para una otra nueva serie. El cadáver apareció descuartizado en el interior de una maleta y el sospechoso, que había tenido una cierta proyección mediática gracias a su profesión, estuvo escondido durante varios meses con una identidad falsa trabajando en un restaurante de Zaragoza.

Para esta revisión del asesinato de Heidi Paz se contaba con una entrevista al propio César Román desde la cárcel dando "su versión" de los hechos. Una especie de teoría de la conspiración para culparle del asesinato, en la que llega a poner en duda una prueba que suele ser determinante en la mayoría de los juicios: su ADN en la escena del crimen e incluso el de la propia víctima para cuestionar su identidad. Acabado el documental y aquí aviso que puede haber spoiler para quienes no hayan seguido las más recientes novedades del caso, Román enviaba una carta en la que finalmente asume la autoría del crimen y se desdice de todo lo que ha dicho en la entrevista. Los autores del documental han tenido habilidad a la hora de sortear este escollo al dejar claro en el último episodio que el acusado es un mentiroso patológico y encajando este giro de guión dentro de su personalidad narcisista. Por el camino, César ha conseguido un poco de ese protagonismo que siempre ha buscado.

El problema es que por el camino ha ido emponzoñando el perfil de la víctima al colgarle a las espaldas un historial delictivo con un vuelco de cocaína a una banda de narcotraficantes. Aunque el documental deja claro que de todo lo que dice César Román no hay que creer más que una mínima parte, el problema es que no se da voz a nadie que limpie el nombre de la mujer asesinada y todas las acusaciones quedan ahí sin que nadie las rebata. La madre de la víctima tampoco sale muy bien parada de este documental. Al situarlas además en un trasfondo opaco y oscuro como es el de la criminalidad organizada es bastante difícil confirmar o no la veracidad de las acusaciones. Tenemos los bulos del propio Román asegurando que fue colaborador de la Guardia Civil en el País Vasco en investigaciones a ETA durante los años del GAL; o el premio que le otorgó el título que da nombre a la serie y que parece que fue comprado. Con esos antecedentes y teniendo en cuenta que luego ha asumido la autoría del crimen, hay que presuponer que las acusaciones a Heidi también eran falsas. Pero eso no basta.

A diferencia del sistema judicial norteamericano, en España el acusado tiene el derecho a mentir en el juicio. Puede decir lo que sea en el ejercicio de su derecho de defensa. Y aquí viene el problema de usar sus testimonios en uno de estos documentales. Que posiblemente esté mintiendo. Por ese motivo siempre hay que medir mucho el uso de estas declaraciones, sobre todo cuando su discurso consiste en criminalizar a una víctima de violencia de género, que ya no se va a poder defender.

A pocos ha extrañado cuando la semana pasada salió la madre del pequeño Gabriel Cruz expresando su rechazo a un supuesto documental que estaría en cartera sobre este asesinato en Almería que tuvo en su día en vilo a la opinión pública española. Sobre todo por el hecho de que ese trabajo contaría con una entrevista con la asesina Ana Julia Quezada desde la cárcel donde está cumpliendo una pena de prisión permanente revisable y cuesta bastante de creer que ese testimonio vaya a ser a cambio de nada y por contribuir a esclarecer los hechos. Prácticamente, toda España vio cuál fue su reacción cuando la sorprendieron con las manos en la masa transportando el cadáver del niño en el maletero. La defensa de Quezada ha desmentido la existencia de esa entrevista y tampoco se conoce qué cadena estaría detrás de este proyecto, pero no tengo ninguna duda de que más de una productora se lo ha planteado.

Dicen que la realidad supera a la ficción, pero el problema es que los true crimes tratan sobre hechos que afectan a personas que están vivas. Y tampoco podemos esperar que se queden cruzadas de brazos mientras otros remueven sus recuerdos más dolorosos.

Pocos días antes de que se iniciara en Tailandia el juicio a Daniel Sancho por el asesinato de Edwin Arrieta, HBO Max entrevistaba en exclusiva al actor Rodolfo Sancho, padre del acusado. Se anunciaba que era una miniserie de cuatro episodios en los que se iba a analizar todo el caso en profundidad y contando con el testimonio de la familia de la víctima. A pesar de que se estrenó hace un mes y medio y que el juicio ya ha quedado visto para sentencia, no hemos vuelto a ver nada más. Todo parece que se estrenó deprisa y corriendo antes de que empezara el juicio y aprovechando el tirón mediático.

La única novedad que presentaba era el contar con el testimonio del actor, que ha sido reacio a hacer declaraciones desde el arresto de su hijo, y que ahora ha concedido para poder hacer frente a los gastos legales. No hay que olvidar que hasta Marlon Brando se arruinó al costear la defensa de su hijo. Los true crimes tienen la ventaja de poder revisar ciertos hechos de nuestra historia reciente con la perspectiva, que da el paso del tiempo. En el caso de Daniel Sancho creo que las cosas están todavía lo suficientemente recientes para hacer algo que sea diferente a lo que se pueda hacer en cualquier medio de comunicación que informe sobre el caso. De hecho, ni siquiera está cerrado, porque ni siquiera se conoce la sentencia.

Mientras el debate sobre el género televisivo sigue abierto a HBO Max ha regresado uno de los títulos que más ha contribuido a su enorme éxito. Hablar de 'The Jinx' es hablar de uno de los hitos de la televisión. Aunque en este caso su director no se limitaba a informar. Su trabajo fue precisamente el que consiguió el arresto del sospechoso. La serie aborda la figura del magnate Robert Dust vinculado a tres asesinatos de los que no había podido ser acusado, entre ellos el de su propia mujer. Su figura inspiró a un personaje secundario habitual de la serie 'The Good Wife', el de Coleen Sweeney (Dylan Baker), un millonario sobre el que existe la sospecha de que mató a su mujer, pero contra el que no hay más que eso, sospechas. Sweeney era uno de esos personajes que salía en varios episodios como cliente del bufete en el que trabajaba Alicia Florrick.

El cineasta Andrew Jarecki ya se había aproximado a este caso en la película 'Todas las cosas buenas', donde tuvo que cambiar la identidad de los personajes para evitarse problemas legales, ya que se trataba de hechos que para la Justicia no estaban probados. El documental arrancaba cuando el propio Robert Dust se ponía en contacto con Jarecki para darle su versión de los hechos tras haber visto la película. Las conversaciones con Dust se van alternando con declaraciones de otros protagonistas del caso, mientras se repasaba el sumario. Desde fiscales, policías, abogados o familiares y personas del entorno de Dust. El punto culminante llegaba cuando en el último episodio el propio Dust confesaba a micro abierto que él los mató a todos. Las revelaciones del documental permitieron el arresto y la detención del sospechoso.

Esta segunda temporada repasa lo que pasó después del estreno de los primeros episodios en el año 2015 y el desarrollo del juicio, que se celebró en plena pandemia por el covid. Llama la atención que en el primer capítulo de esta nueva temporada, el cineasta invite a investigadores y personas del entorno de la víctima para proyectarles el revelador momento final y grabar sus reacciones. Algo que hoy por hoy parece impensable conseguir en España vistos los precedentes que tenemos. La segunda temporada de 'The Jinx' viene a contarnos cómo termina la historia y cuál fue el resultado del juicio. Buena parte del material son las grabaciones de la vista oral. Para aquellos que hayan seguido el caso en los medios ya sabrán que Dust murió en la cárcel después del veredicto. Mientras HBO prepara su cambio de nombre, este true crime que simboliza sus años dorados encara su recta final.

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