Aitana - Ana Guerra: Lo bueno

Para lo bueno y para lo malo. Juntas hasta que el éxito y la vida del tema más popular del momento aguanten. La complicidad ya saben que será para siempre. Juntas en la salud y en la enfermedad, como durante estas semanas de promoción en las que ambas están tan felices como agotadas. Ana Guerra y Aitana Ocaña se conocieron el mes de octubre en ‘Operación Triunfo’ y desde entonces no se han separado. “Lo que unió el concurso que no lo separe la vida”, se dicen mútuamente en las redes y en directo.

Las dos tienen claro que “nuestras carreras divergen a partir de ahora. Yo (Ana) estoy preparando temas para mi disco, que será algo latino, no puro. Algo urbano, una mezcla de ambos”. La carrera de Aitana va por otros derroteros. “De Sant Climent a Los Ángeles, me gusta este títular -ríe la catalana-. Acabo de llegar de tres semanas muy intensas, con productores y estudiando inglés. Voy a tirar más por el pop”. Picotean una pasta, un pequeño bocadillo y se derrumban en el sofá. ‘Lo malo’ las ha llevado a lo mejor aunque son conscientes de que “tenemos mucho que aprender, que sufrir y que luchar”. Aitana solo tiene 18 años. “Hace cuatro días estaba estudiando y mira... Aprobé la selectividad, empecé las clases y a los tres días las dejé para entrar en el concurso. ¿Seguiré? Quiero seguir, sí. Porque yo no tenía el mundo de la música como objetivo pero todo ha cambiado”, asegura.

Le ha prometido a su padre que “empezaré a hacer algo de deporte porque lo necesito. Pero mi agenda es una locura”. Lo mismo que sus redes sociales, donde acumula un millon de seguidores en Instagram y, como el resto de sus compañeros de OT, rebosa naturalidad. Ana sí que lleva la música y la práctica deportiva en las venas ya que “fui con 7 años a ‘Menudas estrellas’ y he tocado en la calle”. Monta a caballo -”tengo una yegua que se llama Corchea-, practicó gimnasia rítmica y lleva años bailando en una academia. Le gusta el fútbol -”Messi es muy grande”- mientras que Aitana prefiere el tenis. En esto no coinciden pero sí en lo bueno que “es tener esta visibilidad para colaborar con causas solidarias”. Aitana admira “a Alfred por su compromiso con Proactiva Open Arms. Yo también quiero implicarme en todo lo que pueda”. Recogen sus mochilas y siguen con su rueda de entrevistas. Después de ‘Lo malo’, lo bueno no ha hecho más que empezar.