Maldito diario: Valencia, 22 de febrero de 2022

"No sé cómo deben sentirse los jugadores con tanta presión, pero si me abuchearan a mí, me sentaría bastante mal, la verdad"

"El bueno de Pepe… La cosa prometía, pero me da que a este también me lo voy a cargar"

Peter Lim, dueño del Valencia

Peter Lim sigue siendo el propietario del Valencia / -

DOSSIER BY PANENKA

Querido diario, ya te debes haber dado cuenta de que las cosas no van bien en el Valencia. El equipo no juega como debería, los resultados no acompañan y el público está perdiendo la calma. Pero hay que decir que tenemos una afición un tanto impaciente: no falla, hacia el minuto 19 ya se pone a pitar a su propio equipo. Y encima sacan unos carteles amarillos que no acabo de entender: ¿no habíamos quedado en que el Villarreal nos caía mal? ¡Vamos a centrarnos, valencianistas!

No sé cómo deben sentirse los jugadores con tanta presión, pero si me abuchearan a mí, me sentaría bastante mal, la verdad. Por suerte, soy un tío popular en la ciudad. Estoy en boca de todos, y la verdad es que me cuidan mucho. Gente hospitalaria, sin duda. Me estoy cargando su club, pero ellos parecen seguir preocupados porque no me falte de nada. Fíjate: como ven que me estoy dejando la piel con este proyecto, se preocupan porque no trabaje más de la cuenta. ‘Lim go home!’, me gritan, ‘¡vete a casa! ¡vete ya!’, continúan, invitándome a conciliar correctamente mi vida profesional y familiar. Qué detallistas. Pero yo les digo que no se preocupen, que tengo a toda la familia enchufada y no paramos por casa. Vaya, no me extrañaría que me hicieran un monumento.

Aunque, pensándolo bien, mejor si se lo ahorran, que ya he visto que por aquí las estatuas acaban más chamuscadas que Bordalás al final de los partidos. El bueno de Pepe… La cosa prometía, pero me da que a este también me lo voy a cargar. Tengo que reconocer que tiene mérito estar en las semis de Copa (tiene mérito… pese a Meriton, jeje), pero cuando le contraté no esperaba que nuestra defensa tuviera más agujeros que el nuevo Mestalla. O eso me han contado, porque yo de fútbol tampoco sé demasiado.

A mí lo que me molesta de un entrenador es que tenga personalidad. Así que el cuerpo me pide otra destitución. Podría tratar de arreglarlo y dejar trabajar a los que saben, pero sería mucho menos divertido, y esto para mí es un juego. Ya sabes que soy más de quemarlo todo ahora y plantar un ninot en el banquillo para el año que viene. ¡Para que luego digan que no estoy integrado en Valencia!