Inteligencia Artificial

ChatGPT en la educación: un aliado para docentes y alumnos, pero que requiere adaptación

Investigadores de la Universitad de Palma de Mallorca concluyen que esta aplicación de Inteligencia Artificial puede ser muy provechosa en la educación

Carlos Guerrero y Gabriel Moyà, dos de los investigadores autores de los estudios sobre ChatGPT en la educación

Carlos Guerrero y Gabriel Moyà, dos de los investigadores autores de los estudios sobre ChatGPT en la educación / UIB

Mar Ferragut

ChatGPT

 ha llegado a las aulas para quedarse, como en su día hizo la calculadora, los ordenadores o

internet

. Y aunque esta aplicación de inteligencia artificial (IA) generó cierto temor o incluso alarmismo cuando comenzó a popularizarse el pasado noviembre, su uso en educación puede ser muy positivo tanto para alumnos como para profesores. Así lo han concluido un grupo de investigadores de la Universitad de

Palma de Mallorca

 tras realizar dos estudios sobre el tema. 

Eso sí, para sacarle un uso provechoso a este 'chatbot' que parece capaz de hacet absolutamente todo lo que se le pida (de ‘resuelve este problema’ a ‘crea un programa informático para esto’ o ‘redacta un cuento al estilo de Paul Auster’...) los docentes tendrán que adaptarse al nuevo escenario (una vez más) e, incluso, señalan estos miembros del departamento de Ciencias Matemáticas e Informática de la UIB, habría que modificar los planes de estudio y la organización actual de las titulaciones. 

Carlos Guerrero, Isaac Lera, Antoni Jaume y Gabriel Moyà firman los dos estudios realizados y publicados, uno centrado en el grado de Ingeniería Informático y otro en la educación en general. 

Antoni Jaume, Gabriel Moyà, Isaac Lera y Carlos Guerrero, investigadores de la UIB y autores de dos estudios sobre ChatGPT en la educación UIB

Antoni Jaume, Gabriel Moyà, Isaac Lera y Carlos Guerrero, investigadores de la UIB y autores de dos estudios sobre ChatGPT en la educación UIB

El doctor Guerrero ha explicado hoy que desde el punto de vista de los profesores se probó el uso de ChatGPT para «simplificar y facilitar su trabajo» ‘encargándole’ tareas como elaborar material didáctico, crear enunciados y soluciones de ejercicios y prácticas, evaluar respuestas de alumnos o planificar la docencia. Y en general, el rendimiento de la IA es «provechoso» y la conclusión es que puede «ayudar mucho al profesor». 

Los investigadores destacaron haber detectado carencias en lo que se refiere a la corrección de ejercicios complejos. Con todo, en general la evaluación de contenidos teóricos consideran que es «muy aceptable».

Los alumnos también pueden aprovecharse (y muchos ya lo hacen) del uso de esta herramienta. Los investigadores la han testado para resolver actividades, generar resúmenes y materiales para estudiarse, autoevaluarse y redactar informes técnicos.  

La investigación puntualiza en cualquier caso que es importante «contextualizar muy bien» lo que se solicita a ChatGPT, ya que de eso depende en gran parte que ofrezca respuestas correctas y adecuadas. 

Los autores han señalado que estos estudios se realizaron con la versión 3.5 de Chat GPT cuando ya ha salido la versión 4.0, con un rendimiento «mucho más elevado». 

Gabriel Moyà utilizando ChatGPT UIB

Gabriel Moyà utilizando ChatGPT UIB

No desaparecerá ni el profesor ni el esfuerzo ni el aprendizaje

¿Desaparece el esfuerzo o el aprendizaje? ¿Los profesores se extinguirán? En opinión de los autores de estos estudios, que quieren alejarse de visiones catastrofistas, es que no. Antoni Jaume equiparó esta herramienta a la calculadora, que hoy está integrada en el sistema educativo como una herramienta que hay que enseñar a los alumnos a utilizar. En este sentido, Jaume recordó que esta IA no es infalible, puede equivocarse y dar por ciertos datos o informaciones falsas (al final su fuente es internet, donde campa la desinformación), con lo que es importante «tener los conocimientos suficientes» para hacer un buen uso de ella y saber verificar.

Los docentes ya han detectado que muchos estudiantes usan la herramienta, algo que en principio no ven como un problema, depende del uso que hagan. Gabriel Moyá empezó la primera clase del segundo trimestre explicando a los estudiantes cómo funciona esta herramienta, que él cree positivo y lógico que conozcan y utilicen ya que tendrán que usarla cuando salgan al mundo real («y es una ventaja competitiva», ha añadido Jaume). Respecto a la posibilidad de que la usen para hacer fraude, Moyá ha razonado que hay que hacer con ellos la reflexión ética, pero ha recordado que el plagio académico «ha existido siempre». 

De momento no hay herramientas tecnológicas para detectar el mal uso de esta IA por parte de los alumnos, aunque los docentes aseguran que han visto casos muy obvios, más conociendo la trayectoria y estilo de cada alumno (con trabajos de final de grado que de repente usan expresiones atípicas o sin absolutamente ninguna falta de ortografía).