Vilda pidió dos millones de euros por el finiquito y se conformó con 170.000

Jorge Vilda ya es historia en el fútbol español después de que el lunes enviase un controvertido burofax que aceleró su despido. El técnico exigió a la nueva directiva de la Federación que se formalizase el nuevo contrato que Luis Rubiales le prometió de viva voz en la última Asamblea General Extraordinaria del ente.

Pero Vilda no firmó ningún documento aunque quedara constancia de que el entonces vigente presidente quería llevar a cabo esa renovación. Asesorado por sus abogados, Vilda quiso enviar este burofax antes de que se consumase un despido con el objetivo de cobrar algo más de finiquito. Al ex seleccionador se le había prometido un contrato de cuatro años a razón de 500.000 euros anuales, pese a que tenía todavía un año más de contrato tras la celebración del Mundial de Australia y Nueva Zelanda.

Vilda quiso dejar claro en su burofax su deseo de fijar las condiciones pendientes de su nuevo contrato. La Federación recibió con sorpresa la comunicación de Vilda y finalmente, el contrato que tiene en vigor es el que ha prevalecido y se le indemnizará consecuentemente por ese año de contrato con 170.000 euros y muy lejos de los millones que inicialmente quería, según OK Diario.

Vilda deja un importante legado como vigente campeón del mundo, pero también con el conflicto con las quince rebeldes de la selección española, sus aplausos a Rubiales en la Asamblea y su posterior condena de las palabras del suspendido presidente de la Federación. El técnico ha permanecido ocho años en su cargo liderando a una selección que ha conseguido las cotas más altas de su historia.