El vestuario se une y cura heridas

Las diferencias en algunos matices quedaron de lado y se volcaron en poner su grano de arena en el triunfo

Montse Tomé sigue en su intento de suavizar la relación con el equipo y tener mayor aceptación

Maria Tikas

Maria Tikas

La selección española vivió un bálsamo en Suecia. Después de una semana de enorme tensión, reuniones y puntos de vista diferentes para afrontar la crisis, las jugadores cerraron filas sobre el verde y se vio a una España de la que toda la afición se sintió muy orgullosa.

Las futbolistas estaban de acuerdo en el fondo de la cuestión, en lo primordial, en la tolerancia cero hacia actitudes machistas. Eso sí, había distintas opiniones de cómo llevar a cabo la reivindicación. Al final, la mayoría decidieron jugar, respetando al máximo la decisión de Mapi y Patri de dejar la concentración, cómo el mejor camino para que los cambios en el seno de la Federación se lleven a cabo.

Athenea celebra su tanto ante Suecia

Athenea celebra su tanto ante Suecia / SEFUTBOL

Gestos significativos

Todas las convocadas, titulares y suplentes, se fundieron en un abrazo al final del encuentro. Sin fisuras. Las jugadores llevaron la muñequera con el ‘10’ de Jenni Hermoso, su apoyo a la compañera fue incondicional, y a partir de aquí, el fútbol hizo el resto. 

En el primer gol de Athenea, la jugadora que desde el primer momento fue partidaria de acudir a defender a su país ante todo, Alexia Putellas fue la primera en abrazarla y en pedir a todo el equipo que se uniera. Un gesto en el que se exhibió una gran madurez por parte de todas. Por opinar con matices distintos, el grupo no tiene que ser más débil, siempre y cuando en la cuestión principal haya cohesión.

Las jugadoras se conjugaron tras el gol y volvieron a unirse todas después del segundo gol español obra de Eva Navarro. Pese al empate sueco, la moral siguió alta y la fuerza del grupo empujó la victoria con el tanto definitivo de Mariona desde el punto de penalti.

Por su parte, Montse Tomé, la seleccionador, respiró muy aliviada. Se abrazó con cada uno de los miembros de su staff cuando se señaló el final del encuentro. Además, se dirigió al campo y pidió a sus jugadoras que la acompañaran. Hubo buenas palabras en un intento de suavizar la relación que, de momento, sigue fría, pero con aires de mejoría. El bien común las une.

Tomé sabe que ganarse a las jugadoras es fundamental para continuar en el cargo. El paso dado en Göteborg fue positivo, las heridas no han cicatrizado ni mucho menos, si bien se están curando poco a poco. El mejor tratamiento ha sido a través del balón. Volviendo a sonreír con lo que más le gusta, que es jugar a fútbol.