Confidencial SPORT

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SPORT acompañó a las blaugranas de la selección en su viaje más largo

Las jugadoras del FC Barcelona viajaron de Barcelona a Valencia en avión, en un periplo lleno de vicisitudes

SPORT las pudo acompañar en el vuelo y ver en primera persona cómo fue el viaje

Alexia no se muerde la lengua al ser preguntada por cómo se sienten las jugadoras: "Pues mal..."

Alexia Putellas, en el aeropuerto de Barcelona camino de Oliva / VALENTÍ ENRICH

Maria Tikas

Maria Tikas

Ver para creer. Cuando todos pensaban que no podía ir a peor, el conflicto en la selección española alcanzó su cúspide. Veintidós de las veintitrés futbolistas convocadas por Montse Tomé -solo faltó Esther González, que se cayó por lesión- se concentraron por la tarde-noche en el Oliva Nova Beach & Golf Hotel del pueblo valenciano de Oliva, cerca de Denia. Algo que no supieron las jugadoras hasta esa misma mañana. 

Se levantaron, todas ellas, pensando que iban a Madrid. Cuando, de repente, se encontraron con un cambio de planes de última hora. Billetes de avión para Valencia. Cambio de destino “para evitar a la prensa”, nos contaban. El vuelo de las ocho azulgranas convocadas salía a las 17.00h. Y las jugadoras llegaron con suficiente tiempo de margen para el embarque. 

Empezó la odisea para las azulgranas, una odisea que SPORT pudo vivir en primera persona viajando con ellas en el avión que les llevó a Valencia. Alexia Putellas, Irene Paredes, Ona Batlle, Mariona Caldentey y Cata Coll tuvieron que atravesar el muro de cámaras y micrófonos para poder hacer el ‘check-in’ y pasar el control por la vía rápida. Mapi León, Patri Guijarro y Aitana Bonmatí lo lograron sortear y se presentaron directamente a la puerta de embarque. 

Las jugadoras, al aterrizar en Valencia

Las jugadoras, al aterrizar en Valencia / Maria Tikas

Pasaban los minutos y nadie se movía de la cola de la puerta C70 de la Terminal 1 del Aeropuerto de Barcelona - El Prat. Tampoco había información al respecto, hasta que se hicieron las 18.00h. “Hay una avería en cabina, con el aire condicionado, tendremos que esperar un rato más”. La cara de las ocho futbolistas -que ya no era buena porque estaban viajando forzadas a una concentración en la que no querían estar- era un poema. 

A las 19.00h, -justo en punto y dos horas después de lo previsto-, salió el avión, “ya está reparado, todo en orden”. Aterrizamos en el aeropuerto de Valencia cuarenta minutos después. Ya en tierra recuperamos las maletas -que no entraban en cabina- y un furgón privado recogió a seis de las futbolistas, que las llevaron al hotel de concentración, a una hora por carretera. Mapi León -que mostró su enfado para los medios, con frases como “siento el apoyo de la gente, pero igual no de quién debería mostrarlo”, “estamos aquí obligadas” o “podemos hablar largo y tendido de si es o no un lugar seguro” - y Patri Guijarro fueron a parte, en un coche. Ya estaban todas para empezar la reunión clave en Oliva.