El Benfica golea al Sporting en el derbi lisboeta

Seferovic y Joao Félix forman un tándem temible

Seferovic y Joao Félix forman un tándem temible / AFP

Jonathan Moreno

Con menos apuros de los previstos, el Benfica doblegó con contundencia a su némesis ciudadana. El Sporting se vio pronto con el marcador desfavorable y nunca incomodaron a los encarnados. João Félix, en la órbita del Barcelona, volvió a ver puerta.

118471

Liga portuguesa

2
4
Alineaciones
Sporting
Ribeiro; Gaspar, Coates, Pinto (Phellype, 90'), Jefferson; Gudelj, Bruno Fernandes, Wendel; Raphinha (Cabral, 86'), Bas Dost, Nani (Diaby, 46').
Benfica
Vlachodimos; Almeida, Dias, Jardel, Grimaldo; Pizzi (Salvio, 94'), Samaris, Gabriel, Silva (Svilar, 88'), Seferovic, João Félix (Cervi, 76').

Ambiente de las grandes ocasiones en el José Alvalade. Y no era para menos. Un derbi siempre es un derbi. El duelo de la máxima en la desembocadura del Tajo pronto adquirió tinte encarnado. Álex Grimaldo la puso como los ángeles desde la izquierda para que Seferovic hiciera valer su envergadura para cabecear libre de marca el 0-1. El helvético lo celebró con rabia. Rabia de derbi.

El partido se endureció, como no se podía esperar de otra forma. Y en ese ir y venir apareció una de las sociedades más letales del Viejo Continente. Seferovic recibió en la línea de tres cuartos y filtró un pase para que João Félix batiera a Ribeiro de tiro cruzado. No le temblaron las piernas al imberbe delantero, una de las delicias que esconde la denostada liga portuguesa.

Necesitaban un gol los 'leones', que hicieron honor a su apodo en un contragolpe al filo del descanso. Rival desguarnecido, galopada veloz de Nani y dentellada de Bruno Fernandes con un remate quirúrgico del talentoso '8' verdiblanco.

Las dudas del Benfica se disiparon en el primer minuto del segundo tiempo. Pizzi sirvió una falta lateral al corazón del área, y allí apareció Dias para marcar los tiempos y conectar un preciso testarazo. Ahí se acabó el partido. El Sporting entristeció como un fado de Amália Rodrígues e hincó la rodilla ante las 'águilas'.

Pizzi transformó un penalti en el 1-4 y, en la recta final, Vlachodimos cometió unta pena máxima que Bas Dost no perdonó. Era demasiado tarde para una 'machada'.