El Madrid no perdona los regalos del Girona

Sebastián Vargas Rozo

El <strong>Real Madrid </strong>venció 1-4 en su visita a Montilivi gracias, en parte, a los errores de un Girona que pudo mostrar una mejor cara, pero se quedó a medio camino. El equipo merengue de Lopetegui aprovechó los fallos y, de momento, empieza a tomar forma.

La primera mitad tuvo emociones en ambos arcos. De hecho, Benzema puso el primer gol cuando apenas corrían 8' de juego, pero su anotación fue invalidada por un correcto fuera de juego. El VAR, una vez más, sirvió de apoyo asertivo para el colegiado Martínez Munuera.

Pero el Girona respondió de manera contundente, con un gol que sí sirvió para cambiar el marcador. Fue a los 17', cuando Borja García recogió con su guante una pelota libre tras previo rebote en Nacho, y con suma delicadeza recortó dejando por los suelos a Keylor Casemiro para colgarla en el ángulo con la bota derecha. Golazo por donde se le mire.

Los rojiblancos se vinieron arriba tras el tanto del '10'. La más clara, una buena combinación Portu-Lozano que acabó con Carvajal salvando el balón casi sobre la línea de su portería, ahogando el grito de Montilivi. Fue el momento de mayor confusión para los de Lopetegui en los 45' iniciales.

Pero, con más ganas que fútbol, el equipo merengue sacó bajo la manga un incontestable penal de Muniesa sobre Asensio a los 38'. Allí apareció Ramos, el capitán merengue, para pincharla suavemente y marcar de panenka el empate al cierre del primer tiempo.

El guión de los segundos 45' fue del lado de la capital. Tanto que al 52', en otra clarísima e inentendible falta dentro del área de Pere Pons sobre AsensioBenzema acomodó un sutil cobro desde el punto blanco y puso a los suyos por primera vez delante en el tanteador, sacándose los fantasmas de la temporada pasada.

A partir de ahí, con más libertad de pintar sobre el lienzo de la victoria, Bale decidió dar cifras concretas al 59'. Un fenomenal pase de Isco fue capitalizado por el galés, que se enfunda los galones de ser quien haga olvidar, al menos de momento, a Cristiano Ronaldo.

Faltaba la cereza del postre, que llegaría al 80' gracias al extremo británico. Su balón perfecto solo tuvo que ser empujado por Benzema, que apareció en posición dudosa pero el VAR ratificó que estaba habilitado. 

Así acabaron las acciones en Montilivi, con lo que pudo ser un juego más equilibrado y la balanza terminó totalmente inclinada para los de la capital gracias a la condena de los errores propios. Eusebio deberá repasar las distracciones que le costaron a los suyos la dolorosa derrota.

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