La vida sigue igual para Courtois y Hazard

Se inicia una temporada nueva, pero las cosas no cambian en el Real Madrid. El mejor jugador blanco, como tantas y tantas veces durante el pasado curso, fue el belga Thibaut Courtois, que pasa por ser el mejor guardameta del mundo en la actualidad. “Que no coja ni un resfriado”, deben pensar todos los aficionados blancos porque son conscientes que con Courtois bajo palos las opciones de que su portería quede a cero siempre son elevadas.

El portero blanco protagonizó ayer otra gran actuación. Solo él fue el culpable de que el clásico de Las Vegas acabase con triunfo mínimo del Barça y no con una goleada. Nada pudo hacer en el gol de Raphinha, que se coló por una de las escuadras de su portería, pero sí evitó que tanto Lewandowski como Kessié se estrenasen como goleadores con la camiseta del Barça. Lo hizo con dos buenas intervenciones.

El belga minimizó un mal día de sus compañeros de equipo, que se vieron superados por el Barça durante muchas fases del partido con sus intervenciones. Dos paradas suyas evitaron dos goles de Dembélé y volvió a sacar una mano salvadora ya en tiempo de descuento después de un gran disparo con la zurda de Dest desde fuera del área.

Carlo Ancelotti le hizo disputar los noventa para evitar una derrota que, aunque de pretemporada, podía ser dolorosa y sonrrojante. El técnico italiano tiene un seguro de vida en un portero que también ejerce de líder y que no dudó en atravesar todo el campo para participar en la tangana que se formó al final de la primera parte. Se ha ganado galones gracias a su gran calidad.

PREOCUPANTE HAZARD

En contraposición al gran partido de Courtois, aparece el de Eden Hazard. Es noticia que no esté lesionado, pero también lo es que siga sin brillar en el Real Madrid. El delantero belga fue titular ayer. En ausencia de Benzema, fue el jugador elegido por Ancelotti para actuar como delantero centro, pero fue superado de manera amplia tanto por Christensen como por Eric Garcia. No creó nada de peligro y solo cabe destacar en su haber, una tarjeta amarilla que provocó a Christensen. Bajó a recibir, pero sin suerte, demostrando que está a años luz del futbolista que brilló en el Chelsea antes de fichar por el Real Madrid.