Bola extra del Real Madrid a Hazard

El belga seguirá un año más tras quitarse la placa metálica en el peroné que limitaba su rendimiento

Tiene un año para para desandar lo andado o su fracaso también será el del Real Madrid.

Ancelotti: "Hazard se queda"

Ancelotti aseguró la continuidad del belga la próxima temporada / Perform

Alejandro Alcázar

Alejandro Alcázar

Eden Hazard jugó 25 minutos ante el Cádiz 85 días después y tras pasar por el quirófano hace mes y medio. El belga simplemente cumplió, que ya es mucho después de tanta inactividad, en el arranque de un reto personal en el que se busca a sí mismo tres años después de llegar al Real Madrid. Aterrizó con etiqueta de galáctico (116 millones de euros) ilusionando a un madridismo huérfano de un delantero que borrase el recuerdo dejado por Cristiano Ronaldo y que acompañase a Benzema. El francés se quedó solo sin el portugués con un Vinicius al que todavía le dolían las encías futbolísticas por su juventud e inexperiencia en un ataque tan exigido como es el del Real Madrid, en el que Bale se borró tras ganar la decimotercera.

Desde el primer día no gustó nada en los ambientes madridistas la actitud del belga. No midió bien dónde aterrizaba, que caía en un vestuario donde no hay espacio a la relajación. Se presentó con la resaca de un verano de celebración por fichar con los blancos y lo hizo con sobrepeso y fuera de forma en un grupo en el que no se perdona la falta de esfuerzo y compromiso. Empezó lesionado su primera temporada para desilusión de una parroquia blanca que miraba de soslayo a un jugador que le recordaba a un tal Cassano, al que le gustaban más las galletas que jugar al fútbol.

UNA PLACA QUE FRUSTRÓ SU FÚTBOL

Su arranque no entusiasmó pese a la falta de competencia. Estaba lejos del futbolista que maravilló en el Chelsea. Apenas duró un mes hasta que se lesionó de gravedad ante el PSG por una entrada de su compatriota Meunier. Ya nunca fue el mismo. Una placa metálica en el peroné sería la justificación a sus tres años en el purgatorio, de ser estrella a suplente. El Madrid se ha planteado venderlo en los dos últimos años para recuperar parte de la inversión. Hazard, 31 años, se estancó en un pasado glorioso, pero el equipo tuvo que reinventarse sin él y sin Bale, sus dos jugadores franquicia. Un tiempo y un espacio que aprovechó Vinicius para crecer y pasar de niño a adolescente y convertirse en necesario.

Hazard se ha quitado ese objeto extraño que llevaba en su tobillo que asegura es el motivo que ha frenado y limitado su fútbol. Casi tres meses después volvió a sonreír en Cádiz para hacer lo que mejor sabe, jugar al fútbol, y recibir una bola extra del Real Madrid que sigue creyendo concediéndole la última partida. Ancelotti, confirmada su continuidad en el banquillo, anunció el futuro del belga: “Hazard se queda”. Ahora afronta el más difícil todavía, encontrar su mejor versión para escalar una pared como suplente de Vinicius, Benzema y posiblemente Mbappé. Tiene un año para desandar lo andado o su fracaso también será el del Madrid.