Neil Warnock: una botella de vino y 1.603 partidos

Neil Warnock había tenido suficiente. Es normal, a nadie le puede sorprender que a sus 72 años, y tras pasar los últimos 40 entrenando en todas las categorías inglesas, el histórico entrenador se viera cansado. “Antes de aceptar este trabajo, tuve seis o siete propuestas, pero no me parecieron las opciones correctas. Me fue bien descansar un tiempo, y ahora no tengo dudas: este será mi último trabajo. No habrá otro más”.

Una declaración honesta y plenamente consciente de sus limitaciones. Si no fuera porque no la dijo este curso, o el pasado, sino en 2007 cuando asumió las riendas del Crystal Palace. Neil Warnock ha tenido siete trabajos más desde entonces, y ha seguido entrenando hasta hace dos días, cuando lo echaron del Middlesbrough de Championship tras tres partidos seguidos sin ganar.

No se marchó del Riverside Stadium sin hacer historia: en su último duelo al cargo del club, se convirtió en el entrenador inglés con más partidos de siempre. 1.603 duelos dirigidos desde la banda, superando los que registró Dario Gradi en 35 temporadas. Warnock lo ha hecho en más de cuatro décadas, pasando por 18 proyectos distintos y dejando centenares de anécdotas en el fútbol inglés.

Anécdota con Pep Guardiola

Lo sabe incluso Pep Guardiola, que le conoció en quizás su último gran proyecto de éxito: el Cardiff City. Warnock llevó a los galeses de vuelta a la Premier en 2018, aunque descendieron al curso siguiente. Fue la temporada en la que el City de Guardiola y el Liverpool de Klopp lucharon por la Premier hasta el final, con los ‘citizens’ llevándose el gato al agua haciendo 98 puntos, por 97 de los ‘reds’.

El Manchester City visitó y ganó al Cardiff en el tramo final del curso. Warnock y Guardiola tomaron una copa de vino al final del partido, donde el inglés le recordó al catalán que en cuestión de semanas le podría hacer un favor ganando en Anfield. Pep bromeó: “Si lo consigues, te regalaremos una buena botella de vino”. A Warnock, con 69 años, le pareció poco: “¿Una botella? Espero que el Manchester City me entregue un viñedo entero si hago esto, la verdad”.

Warnock se labró su reputación como solucionador de problemas. Fuera como fuera, conseguía salvar a cualquier equipo del descenso de Championship. Al Cardiff lo sacó de la zona de peligro y lo elevó hasta el ascenso en año y medio. En 2007 hizo lo mismo con el Crystal Palace. O en 2003, cuando llevó al equipo de su corazón, el Sheffield United, a la Premier League.

Ahora tras dejar Middlesbrough tendrá tiempo para volver a Cornualles, en el norte de Gales, en la casa desde la cual llegó a asumir trayectos de seis horas diarias en coche para ir a entrenar. Probablemente lo echará de menos, aunque nunca lo admitirá: “En el paro te ahorras problemas: no tienes que estar al tanto de 25 niñatos metidos en un vestuario”, soltó hace poco menos de un año. Larga vida a Neil Warnock.