Villa ya pasó por lo de Griezmann

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Joan Mª Batlle

Joan Mª Batlle

Ahora que Villa anuncia su retirada, es buen momento para analizar su carrera y reparar en su paso por el Barça, al que llegó después de golear sin descanso en el Sporting, el Zaragoza y el Valencia. Villa ha sido un goleador nato, un delantero cuya eficacia ha estado por encima de compañeros y de sistemas tácticos, detalle muy importante a la hora de situar su llegada y su rendimiento en el Camp Nou.

No en vano, Villa se puso la camiseta azulgrana el día siguiente de que se marchara Ibrahimovic, un "9" de inmensa categoría mundial que, sin embargo, no se adaptó o no quiso adaptarse o, si lo prefieren, no quiso aceptar la jerarquía de Messi, que venía ocupando ese puesto de falso "9" que Guardiola invento para él. No era el primero que se estrellaba contra esa realidad. 

Antes se había marchado otro crack, Samuel Eto'o. Así que Villa venía avisado. Y no le importó. Le costó, eso sí, se vio implicado en polémicas que querían enfrentarle a  Messi y aunque no puede decirse que tomaran mate juntos, ustedes ya me entienden, siguió marcando goles hasta que se lesionó de gravedad. 

Similitudes

Su encaje en el Barça del 2010 guarda muchas similitudes con el de Griezmann en el 2019, que es lo más interesante en estos momentos. Villa fichó con 28 años y siete meses. Griezmann, con 28 años y cuatro meses. Villa siempre había marcado un mínimo de quince goles por temporada en la Liga, como Griezmann en las seis temporadas anteriores. 

David acreditaba 0,48 goles por temporada; Antoine, 0,49. El asturiano se instaló en la banda izquierda del tridente azulgrana, más o menos igual que el francés, así que a los dos les tocó adaptarse. Pues bien, Villa, que marcó 23 goles en su primera temporada, llevaba en las doce primeras jornadas de Liga seis goles, dos más que Griezmann ahora, aunque hasta la novena solo había marcado dos, uno menos que el francés.

Es un brote verde. A Villa le costó pero lo superó. Tal vez vale la pena darle un margen más de confianza a Griezmann, que tiene en David un buen ejemplo al que agarrarse. El mejor ejemplo posible.