Y Valverde se metió en un jardín

El fichaje de Ernesto Valverde como entrenador del Barça es un secreto a voces. Es decir, un secreto muy mal guardado. Algo habitual en el club blaugrana, donde las filtraciones son el pan nuestro de casi cada día. Filtraciones interesadas para favorecer a amigos periodistas. O filtraciones interesadas para tapar informaciones inoportunas… Una vieja estrategia propagandística que ya utilizaba Núñez hace muchos años. Y que todavía hoy es un problema irresoluble con el que ya nos hemos acostumbrado a convivir. O a malvivir. Por eso no me sorprende que todo el mundo sepa que Valverde será el próximo entrenador blaugrana sin que el Barça lo haya hecho oficial con la excusa de la final de Copa. Hasta aquí, todo entra dentro de la normalidad/anormalidad de un club como el blaugrana. Lo que no tiene ningún sentido es el papelón que hizo ayer el propio Valverde al negar, una y otra vez, cualquier contacto con el Barça. ¡Incluso llegó a especular con un año sabático!

Entiendo que Valverde, por respeto al Athletic, no anunciara a bombo y platillo su fichaje por el Barça. De hecho, la rueda de prensa estaba montada para despedirse del Athletic y de los aficionados vascos. Pero sus palabras negando al Barça quedaron grabadas. Y cuando el lunes se haga oficial su incorporación al banquillo del Camp Nou quedará retratado. Porque nadie se cree que Valverde no haya hablado ya con Robert Fernández, Albert Soler o el propio Josep Maria Bartomeu. Nadie se cree que el Barça decida el nombre de su entrenador (una figura tan trascendental) en una única reunión. Nadie se cree que los fichajes que está trabajando la dirección deportiva blaugrana no cuenten ya con el visto bueno del nuevo técnico… Valverde lo tenía muy fácil para salir airoso del interrogatorio periodístico: “No diré nada de mi futuro hasta la semana que bien”. Correcto. En cambio, se metió en un jardín negando lo que, insisto, es un secreto a voces. Su primer jardín en blaugrana…