Una semana que puede marcar toda la temporada

Messi trata de zafarse del agobio de Casemiro

Messi trata de zafarse del agobio de Casemiro / AFP

Ernest Folch

Ernest Folch

Pocos deportes tienen la capacidad del fútbol para generar cambios de guión tan imprevistos y sorprendentes en tan poco tiempo. El Barça se despertó el sábado en medio de una crisis institucional galopante y se fue a dormir líder y en el mejor momento deportivo de este 2019.

Esto no implica evidentemente que el ‘Barçagate’ siga avanzando, porque la afición del Barça supo separar con un bisturí muy fino los problemas del palco de las virtudes del equipo: el Camp Nou protegió a Messi y compañía, y se cebó con el palco, como sugiriendo que la pelota no tiene por qué exculparla del enero ‘horribilis’ en el que se han tomado tantas decisiones nefastas.

Es previsible que la combustión interna en la directiva siga creciendo, a pesar de que Bartomeu emite señales de enrocamiento y se niega a dar ningún paso al lado, como le han sugerido en los últimos días algunos compañeros de junta. Sin embargo, aparece una novedad imprevista en el frente, que tiene que ver con la salud del eterno rival. El Real Madrid, que disfrutaba de su liderato y de la crisis del Barça con una perspectiva inmediata inmejorable, se ha desplomado en el momento crítico, justo antes de los dos partidos clave, ante City y Barça.

Otra baja de Hazard, las dudas en defensa y la enésima certificación de que es un equipo sin gol, han activado todas las alarmas, que han tomado la forma habitual del victimismo. La carga de Sergio Ramos contra los árbitros indica nerviosismo y debilidad, y una voluntad de tirar una cortina de humo sobre los graves problemas de planificación del Madrid, incapaz de cubrir la fertilidad goleadora de Cristiano.

Se ha dicho con razón que el Barça ha planificado mal su plantilla. Pero ¿y el Real Madrid? Agazapado tras la crisis blaugrana, empiezan de repente a aflorar las deficiencias blancas. La pregunta es ahora mismo si la crisis del Barça cogerá el puente aéreo y llegará a Madrid. No sería ni la primera vez ni la última en el que vemos un giro de guión tan colosal. Por eso esta semana, en la que los dos rivales eternos se juegan la Champions y se enfrentan entre si, puede marcar el resto de la temporada.