Triplete a la vista

FC Barcelona - Real Madrid: El gol de Kessie

¡Presidente Kessie! Revive el gol de la victoria del Barça ante el Real Madrid que vale media Liga / LaLiga

Rubén Uría

Rubén Uría

Al Barça le servían dos resultados. Al Madrid, uno. En ese contexto, hubo más emoción que fútbol. Más expectativa que realidad. Y más épica que calidad. El Barça-Madrid de toda la vida, el cargante ‘clásico’- término cursi que responde a asuntos estrictamente comerciales- resultó tan emocionante como trabado.

Veredicto final: victoria azulgrana. El trasfondo, el esperado. ‘Guerra fría’. Ni comida de directivas ni Florentino en el palco. El que sí estuvo fue Guardiola. La mecha la prendió Vinicius, que encontró un resquicio, cogió a la defensa azulgrana durmiendo la siesta y sacó un centro que acabó en gol en propia meta de Araujo. El Barça debía sobreponerse. En pleno acoso y derribo, apareció Sergi Roberto. Sí, ese al que se raja con impunidad desde muchos sectores de la grada y que jamás tiene prensa que le escriba. 

Roberto levantó la cabeza en un bosque de piernas, acarició la pelota y la puso justo en la esquina. Winston Churchill dijo en cierta ocasión aquello de “en el curso de mi vida, a menudo me he tenido que comer mis palabras, pero debo confesar que es una dieta sana”. Con Sergi Roberto la dieta es tan sana como justa. 

El segundo acto fue un ida y vuelta loco, un partido con camisa de fuerza, trufado de imprecisiones y malas. El Madrid dio un paso al frente, se lanzó a tumba abierta y llegó el gol de Asensio, concedido y después anulado por un milimétrico fuera de juego, tras una revisión de tres minutos. En mitad del intercambio de golpes, ambos pesos pesados aceptaron que solo podía quedar uno de pie. Fue el Barça.

En la prolongación, Lewandowski se inventó un taconazo, Balde ganó línea de fondo, sacó un centro raso y tenso y Kessie, en la primera pelota que tocaba, la mandó a guardar. Florentino, que extiende la mano cuando se trata de la Superliga y la retira cuando se trata de personarse en el ‘caso Negreira’, no acudió al palco. Vio por televisión cómo se le escapaba la Liga. Y Laporta, al que media España pide explicaciones mientras insiste en que sufre una caza de brujas que pretende estrangular al Barça, esbozó una sonrisa. ¿Superliga? Una mala paz es preferible a la mejor de las guerras. 

Si se tienen dudas, conviene volver a Churchill. Siempre tenía otra manera de verlo: “Algunos cambian de partido para defender sus principios; otros cambian de principios para defender a su partido”. Se cocinará en los despachos. En el campo, que nunca miente, todo se aclara. La clasificación, que es como la prueba del algodón, no engaña. La renta del Barça es de 12 puntos a falta de 12 partidos. Un colchón comodísimo. La Supercopa está en las vitrinas, la Liga está en bandeja y el equipo tiene un pie en la final de Copa. Hay triplete a la vista.

Hechos, sospecha y pregunta

‘Caso Negreira’: hechos, sospecha y pregunta.

Hechos: se admite a trámite la denuncia por presunto delito de corrupción entre particulares, administración desleal y falsedad documental.

Sospecha: varios medios insinúan que el Barça compró árbitros.

Pregunta: si el Barça compró árbitros, ¿por qué hasta ahora no hay ningún árbitro acusado o imputado?