Son una

Las jugadoras del Barça celebran el primer tanto ante la Real Sociedad

Las jugadoras del Barça celebran el primer tanto ante la Real Sociedad / SPORT

Carme Barceló

Carme Barceló

Al filo del mediodía me llega un correo electrónico como periodista y, otro, como socia del FC Barcelona. ‘Sold out’ y lleno absoluto en el Johan Cruyff y un clásico que se traslada al Estadi Olímpic Lluís Companys y con toda la pinta de repetir lleno en ese partido que se disputará el domingo 19 de noviembre a las doce del mediodía. Desde el departamento de comunicación del club adjuntan información que, por lo relevante y lo poco habitual, releo.

Resulta que el Barça Femení ha sumado 2,7 millones de euros en taquillas la temporada 2022-23. Resulta, también, que ha generado 7,8 millones de euros y, con ello, ha aumentado los ingresos en un 95% en relación a la temporada 2021-22. Resulta, ítem más, que el e-commerce del club se ha acrecentado un 47% y ahí destacan las ventas en ropa de mujer, con un espectacular 275%. Una sabe que los datos son fríos y los números no tocan el corazón pero, mientras escribo estas líneas, me mantengo a la espera para pagar esas tres entradas, verlas y aplaudirlas ante el Real Madrid.

Orgullo. Eso es lo que siente el barcelonismo por ellas. No es flor de un Mundial. Es el reconocimiento a unos logros que vienen de atrás -que solo ellas saben lo que les ha costado- y que para los que viven más allá del azul y el grana parece que solo suman cuando visten la camiseta nacional. Es la confirmación de que se ha creado un movimiento que empuja a subir montañas, batir récords, llenar estadios y, todo ello, hacerlo en familia y en un buen ambiente.

Hace cuatro días, como aquel que dice, que la consecución de un Mundial las ha puesto en el foco deportivo y, por desgracia, mucho más allá. El 19 de noviembre a las doce del mediodía se reencontrarán campeonas, rivales ese día, que siguen unidas ante algo que trasciende lo meramente futbolístico. Abrazadas y reforzadas las unas con las otras hemos visto a Alexia, Irene Paredes, Aitana, Mariona, Ona, Misa, Olga, Teresa Abelleira… Ese domingo se sumarán Mapi, Pina y Patri. Y muy lejos, en México, las verá con ocho horas de diferencia Jenni Hermoso.

Ella, a la que besaron sin consentimiento un 20 de agosto y de la que el lunes filtraron su testimonio en pleno proceso judicial. No es de extrañar que, a día de hoy, siga sintiéndose débil y desprotegida. Como ella, tantas. Porque horas después, y con la información bajo el brazo, aterriza en los juzgados el exseleccionador Vilda negando la mayor. El ‘todo vale’ versus el ‘se acabó’. Cada día las comprendo más. Cada día las aplaudo más. Y es por ello que, quizá, se viva ese domingo de clásico en el Lluís Companys un reconocimiento global a estas mujeres independientemente de los colores que vistan. Con el silbato inicial, llegará la rivalidad. Pero antes, yo las veré a todas como si fueran una.