Sin brotes verdes en Europa

Messi es el máximo realizador de la Champions a pesar de haber jugado solo 3 partidos

Messi es el máximo realizador de la Champions a pesar de haber jugado solo 3 partidos / Javier Ferrándiz

E. Pérez de Rozas

E. Pérez de Rozas

Da la impresión ¿verdad? de que sí son todos los que están y están todos los que son. Da la sensación de que esta vez, este invierno, es decir, ya, antes de la Navidad, los equipos que van a pasar a los octavos de final de la Champions League, la competición del himno, que provoca más lágrimas que el anuncio navideño de Ikea, van a ser los que usted y yo, todos, hubiéramos escogido el día del sorteo.

No, no, eso no quiere decir que usted y yo sepamos de esto. Es más, a mí me gustan más las motos y el béisbol que el fútbol, que es sobre el que ha girado mi vida profesional (en parte) sin que encontrase amistad (poca), agradecimiento (cero), tacto (a cuentagotas), ni cariño (menos cinco) y, mucho menos, la profesional que veo en el ‘paddock’ de MotoGP o el atractivo, competitividad, solera o incertidumbre que tiene la ‘pelota base’, aunque sé que a usted o le aburre, porque lo considera un deporte lento, o lo ignora porque, en un segundo, puede cambiar todo o, simplemente, no lo entiende.

Es evidente que los 16 que parecen destinados al primer bombo de enfrentamientos directos tienen ahora más nombre que apellido: Atlético, Dortmund, Barça, Tottenham, Napolés, PSG, Porto, Schalke 04, Bayern de Múnich, Ajax, Manchester City, Lyon, Real Madrid, Roma, Juventus y Manchester United. Evidentemente, nos duele en el alma (al menos a mí, ya sé que a muchos de ustedes no: la rivalidad valenciana es tremenda por estos lares), la manera en que el prometedor equipo de Marcelino se ha caído a la Europa League. Y, por supuesto, parece que el finalista del pasado año, el vistoso y rojo Liverpool, no podrá meterse en ese sorteo. Insisto, parece.

Otra cosa que resulta evidente es que Leo Messi y Cristiano Ronaldo continúan tan imperiales como siempre. Los hay (y no seré yo quien lo niegue) que afirman que, en estos momentos, está mucho mejor CR7 que la ‘Pulga’, que tuvo su periodo de hibernación por su lesión en el codo, que, encima (lo siento, he de escribirlo porque acabará siendo, ya verán, tema de debate, no sé cuándo pero alguien se atreverá a escribirlo, a comentarlo, a tertuliarlo), coincidió con el mejor fútbol, juego y apuesta táctica (¿ADN Barça?, vale, ADN Barça) de esta temporada. No estoy diciendo ¡ojito! que el Barça jugase mejor sin Messi (¿me estoy atreviendo a escribirlo?), estoy diciendo que aquellos partidos fueron una delicia.

Pero ya sabemos que noviembre es noviembre. Ya sabemos que los meses previos a la Navidad son, dicen, para hacer más ruido que castañas. Para que el Real Madrid se disfrace de ‘derribos Arias’ (¿Flo?), que la UEFA (o la FIFA) le echen una mano a Sergio Ramos y que, al final, el técnico interino del Real Madrid levante una nueva Copa de Europa, como la del anuncio del pastor.

Es evidente que tanto CR7 como Messi saben que es difícil ser el mejor del mundo en noviembre y seguir siéndolo en mayo o junio cuando se deciden los títulos. Ciertamente, solo ellos han demostrado ser capaces de guardar el secreto de cómo se hace algo así, pues llevan muchos años demostrando que se mantienen igual de filigraneros, eficaces, goleadores y asistentes en noviembre, en febrero y en mayo. Por eso vienen siendo, desde hace ya diez años, los mejores, los únicos sobre los que puede construirse un proyecto y, sobre todo, mantener viva la ilusión (y esperanza) de sus seguidores.

En ese caminar por la competición que se le resiste (más o menos, pues ya la ganó, no es, no, como la Copa del Mundo) a Messi y en la que CR7 ha dejado bastante desamparado al Real Madrid (lo siento, por culpa de Florentino Pérez), no acaban de aparecer brotes verdes que provoquen la inquietud de los poderosos. Veamos, es evidente que el Atlético, que jugaría la final en casa, muestra su poder, pero no acaba de ser redondo y, sobre todo, no parece que su fútbol (unas veces, sí, no muchas) corresponda a la enorme calidad de sus jugadores. El PSG se jugó la vida esta semana, demostración de que no asusta. La Juve es, ciertamente, poderosísima (y sin VAR, más). Y el Manchester City siempre, siempre, estará en esa carrera porque Pep Guardiola no dejará que sus chicos pierdan, de nuevo, otra oportunidad