El secreto mejor guardado de Guardiola

Guardiola ha insinuado que si gana un nuevo triplete con el Manchester City se retira...

Pep no tiene ninguna intención de volver al Barça porque sabe que su etapa es irrepetible

Pep Guardiola, tras la derrota del Manchester City en Villa Park

Pep Guardiola, tras la derrota del Manchester City en Villa Park / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Guardiola, como quien no quiere la cosa, soltó la bomba: "Si volvemos a ganar el triplete, me retiro". Una frase que permite innumerables interpretaciones. Aunque nadie sabe exactamente qué significa. Pep es un entrenador que ha gestionado su carrera con tanto detalle como misterio. Solo él y su entorno más cercano (el auténtico, es decir, su familia y su colaborador-confidente-amigo Estiarte) saben los pasos que va a seguir. Estudiados minuciosamente y guardados celosamente. Las decisiones que ha ido tomando Guardiola a lo largo de su trayectoria han sido secretas hasta el último segundo: su precipitada y dolorosa salida del Barça, su sorprendente llegada al Bayern y su lógico aterrizaje en el Manchester City. Ya en su época de jugador mantuvo idéntica estrategia. Y, por supuesto, no va a cambiar ahora su manera de actuar.

Anunciar su retirada (aunque sea condicionada a un nuevo triplete) solo puede entenderse como una inteligente maniobra para desviar la atención de los últimos resultados no demasiado positivos. Nada más. La hoja de ruta de Pep pasa por acabar su actual contrato con el club inglés y, posteriormente, iniciar una aventura en una selección. Aquellos que especulan con un hipotético retorno al Barça se equivocan. Mucho. Guardiola jamás regresará al banquillo blaugrana porque es una etapa cerrada de su vida. Gloriosa pero cerrada. Y hace bien. Porque es inigualable.

En aquel Barça mágico se conjugaron una serie de maravillosas casualidades irrepetibles: la mejor generación de canteranos de la historia, el mejor futbolista de todos los tiempos en su momento de máximo esplendor y el mejor entrenador conocedor como nadie del club y de su idiosincracia. Todo junto hizo posible un equipo que conquistó el planeta fútbol con su juego y sus títulos. Aquel sextete del 2009 es absolutamente inalcanzable por cualquier otro proyecto. Ni siquiera por uno que volviera a ser liderado por el propio Pep. Jamás volverá a tener el Barça jugadores de la talla de Valdés, Piqué, Puyol, Busquets, Xavi, Iniesta… Como tampoco existe ni existirá otro genio como Messi. De ahí que la opción de una segunda etapa de Guardiola en el Camp Nou es absolutamente imposible. Pep, inteligente como es, es consciente de que cualquier comparación con el pasado sería odiosa y, por supuesto, perjudicial para la imagen idealizada que tiene todo el barcelonismo de aquella época. Intentar repetirlo sería condenarse al fracaso más estrepitoso.

Es verdad que en mundo del fútbol hemos visto tantas cosas que nada nos parece que sea imposible. Desgraciadamente, para los culés nostálgicos de aquellos fantásticos años (que somos todos o casi todos porque Guardiola, aunque pueda parecer increíble, también tenía y tiene detractores) en esta ocasión lo imposible lo seguirá siendo. Recordar la historia, la magnífica historia, es mejor que intentar repetirla.