Y algunos lo querían vender

Frenkie de Jong, jugador del FC Barcelona

Frenkie de Jong, jugador del FC Barcelona / Javier Ferrándiz

Ferran Correas

Ferran Correas

Dicen que cuando uno no está es cuando los que acostumbran a estar a su alrededor se dan cuenta de su enorme importancia. Se fue Leo Messi y el Barça ha estado dos temporadas sin ser capaz de competir en Europa. Ni en la Champions ni en la Europa League.

Pero no hablaremos de Messi porque era obvio que cuando el argentino dejase el Barça, el equipo y el club lo notarían. Hablaremos de Frenkie De Jong, un jugador que durante todo el último mercado de verano estuvo en venta y fue empujado a salir por la dirección deportiva azulgrana. Un jugador que no pudo estar en la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey contra el Real Madrid y que el Barça echó mucho de menos.

El neerlandés, que durante la pretemporada incluso pareció ser invitado a marcharse por un Xavi que le colocó en casi todos los amistosos de central, fuera de su posición habitual, y que hasta que se cerró el mercado el 1 de septiembre se pasó más tiempo en el banquillo que sobre el terreno de juego, aguantó toda la presión y decidió quedarse en el Spotify Camp Nou.

Por suerte para el Barça. No hay más que ver el desenlace del partido contra el Real Madrid para saber de su enorme importancia. El equipo azulgrana se desordenó en la segunda mitad tras el segundo gol del Real Madrid. Sergio Busquets, que había hecho una buena primera mitad, se cayó. Quizá porque el capitán echaba en falta a quien ha estado su compañero en el medio centro en la mayoría de partidos. De Jong fue el único que dio algo de salida de balón al Barça en el partido de ida y fue el mejor futbolista sobre el terreno de juego en el último clásico de Liga. Ha ganado en pausa y ha empujado en muchos partidos al equipo con su buena salida de balón y su capacidad para superar la presión del rival gracias a su potencia. Así que Frenkie De Jong no se toca. Porque es un jugador muy necesario.

Por cierto, que a la dirección deportiva del Barça no se les pase tampoco por la cabeza en verano desprenderse de Andreas Christensen. El traspaso del danés puede ser un caramelo porque novias no le faltarán y todo lo que se pudiese ingresar iría a la columna de beneficios. Pero, igual que hubiese pasado con la marcha de De Jong, se perdería mucho con su adiós. Es un central más que fiable, como ha demostrado durante toda la temporada, y necesario en el equipo, como quedó claro en la dolorosa eliminación contra el Real Madrid. Y porque si se quiere volver a competir en Europa se trata de tener dieciocho futbolistas de mucha calidad. Como el danés. Como De Jong.