Puños de algodón

Sarri y Simeone, con blancas y negras, usaron las praderas de Turín como un ajedrez carnal

Simeone arrastra una sanción de ocho partidos

Simeone arrastra una sanción de ocho partidos / EFE

Rubén Uría

Rubén Uría

Puños de algodón. Sarri y Simeone, con blancas y negras, usaron las praderas de Turín como un ajedrez carnal. Camino de las tablas, Dybala metió una pelota imposible sin ángulo, Oblak concedió y la Juve se fue al descanso por delante. El segundo acto fue una réplica en rojiblanco. El equipo de Simeone tuvo carácter, fútbol y dominio. De lo que estuvo huérfano es de lo que decide los partidos. De la suerte suprema del fútbol, del gol. Sin pegada y con puños de algodón, el Atleti golpeó en varias ocasiones, pero sin éxito, a una Juve granítica y experta. Condenado por su falta de contundencia, el Atleti se fue de vacío. Ahora se la jugará en casa. Ante el Lokomotiv. Si gana, estará en octavos. El Cholo lleva repitiéndolo todo el curso: sin contundencia, no hay paraíso.

Luces y apagón. Encendido y con el traje de luces, el Real Madrid mostró jerarquía y fútbol para someter a un PSG que, por momentos descarriló. Valverde aportó energía, Hazard destiló magia – ojo a su maltrecho tobillo- y Benzema destapó el tarro de las esencias. VAR mediante, porque el árbitro anuló una roja a Courtois por falta previa sobre Marcelo, el Madrid siguió iluminado. Mandó, templó y cuando menos debía hacerlo, se relajó. Suficiente para que dos minutos fatales se convirtiesen en un apagón que le costó dos goles y un punto. El Madrid será segundo de grupo, el madridismo estará pendiente del tobillo de Hazard y el Bernabéu se fue a casa con sensación agridulce: todo lo hizo el Madrid. Lo bueno, con un primer tiempo sobresaliente, y lo malo, con un apagón que le costó el partido.

ReMountada. Regreso triunfal de Mourinho a la élite. Dos partidos, dos triunfos.  Tras veinte minutos de pesadilla y un 0-2 en contra, los “spurs” se negaron a encajar un resultado dramático en casa. El Arabi golpeó primero y Semedo, minutos después. El Tottenham no se arredró, escaló el Everest, tocó zafarrancho de combate y se comió a los helenos. Kane por dos veces, Delle Ali y Aurier sellaron una “ReMountada” a lo grande.