Un pobre empate que puede pasar factura a Koeman

Koeman, en la tribuna del Camp Nou durante el partido ante el Atlético

Koeman, en la tribuna del Camp Nou durante el partido ante el Atlético / EFE

J.Mª Casanovas

J.Mª Casanovas

El Barça se aleja del título. Koeman quedó en evidencia. El Atlético demostró que en el fútbol actual la fuerza de un equipo está en el bloque por encima de las individualidades. Solo valía la victoria y Messi y compañía se tuvieron que conformar con un pobre empate. Fue un error de planteamiento. Faltó ambición y valentía. Salieron más preocupados por no encajar goles que por marcarlos. Es triste reconocerlo, pero hay que decir que los blaugranas no hicieron lo suficiente para ganar. 

Regalaron la primera parte y en la segunda reaccionaron tarde. Frustración y decepción a la vez. El título se había puesto al alcance de la mano pero no han sabido/podido aprovecharlo. No está todo perdido porque a este paso la Liga la ganará el menos malo, pero cuando dejas escapar cinco de los seis últimos puntos en juego en el Camp Nou, está claro que eres víctima de tu propia impotencia.

A tres jornadas del final del campeonato, el Barça deja la Liga en manos del Real y se queda a dos puntos del Atlético. Después de una gran recuperación, el equipo se ha deshinchado en el momento de la verdad. Tiene mérito haber llegado donde han llegado, pero la plantilla no da más de sí. La condición física funciona con la reserva, Messi está demasiado solo y el banquillo se ha quedado en muy poca cosa. El Atlético jugó como un bloque sólido y agresivo, el Barça confió en unas individualidades que no acertaron en el gol. Los de Simeone son un estilo de equipo europeo solidario en el esfuerzo y la lucha. Los de Koeman se vieron superados por la estrategia y la ambición.

Koeman se equivocó en el planteamiento táctico. Fue demasiado conservador, aceptó el juego del rival y cayó en la trampa. Simeone le ganó la partida. Supo presionar al rival hasta cortarle las alas. La primera parada de Oblak no fue hasta el minuto 28. Cuando tu priorizas no encajar ningún gol con la esperanza de meter uno corres el riesgo de acabar con empate. Faltó velocidad, profundidad y remate. La circulación de balón fue lenta y al pie. Vimos un Barça insuficiente, previsible y sin chispa. 

El partido de ayer, si no ganan la Liga, puede pasar factura a Koeman. El empate a cero le dejó en evidencia. Es un buen entrenador pero un mal estratega. Es incapaz de rectificar sobre la marcha un planteamiento táctico. El Atlético se cerró muy bien por el centro y dejó las bandas. De nada sirvió porque Alba apenas llegó y Dest no tuvo su día. Griezmann parecía un espectador y Messi tenía que bajar al centro del campo para recibir balones. El técnico holandés tardó setenta y cinco minutos en mover ficha cuando se veía hacía tiempo la impotencia barcelonista. La entrada de Dembélé cambió las cosas, se atrevió con los driblings, entró por banda con peligro y tuvo el empate en un remate de cabeza que se fue alto. Junto con Messi que tuvo dos ocasiones de gol y que provocó tres tarjetas amarillas de los rivales. Fue lo único destacado de un Barça que nunca dio la sensación de que se jugaba la Liga. 

La directiva de Joan Laporta tomó buena nota de lo sucedido. Pase lo que pase de aquí al final de la Liga, la plantilla barcelonista necesita una renovación profunda y un cambio de estrategia.

Mejor que Neymar se quede en París

Siempre fuimos partidarios de que Neymar no volviera al Barça. Por la forma como se marchó, por los pleitos que puso al club y porque cerca de los 30 años tiene más pasado que futuro. Es un crack pero es un mal deportista. Prefiere el dinero a los títulos. Es una buena noticia que haya renovado con los petrodólares hasta el 2025 ya que dejarán de circular rumores y bulos de su posible vuelta al Camp Nou. Caso cerrado. Se queda en París con un contrato de oro que no es garantía de títulos. Hasta la Liga francesa pueden perder este año.

Una vez confirmada esta noticia, ahora todas las miradas se centran en Messi y Mbappé. Con la crisis provocada por el covid hay poco dinero en el mercado, no hay que descartar que antes de un mes se confirme la continuidad de Messi en el Barça y la de Mbappé en el PSG. Las consecuencias de la frustrada Superliga pueden hacer imposible el fichaje soñado por Florentino. En tal caso, el goleador noruego Haaland puede ser la fruta más codiciada del mercado hasta el punto que City y Liverpool pueden entrar en la subasta. Sin embargo, una cosa son los deseos y otra las posibilidades. Los grandes clubes acabarán la temporada con déficits muy importantes que no permitirán alegrías económicas.