Pido perdón

Georgina y Cristiano revelan cómo empezó todo en un documental en Netflix

Georgina y Cristiano revelan cómo empezó todo en un documental en Netflix / sport

Carles Pérez

Carles Pérez

Pido perdón por varias cosas. La primera, por haberme quedado enganchado al reality de Netflix “Soy Georgina”, donde se cuenta la historia de Georgina Rodríguez, la pareja de Cristiano Ronaldo. Admito que a cualquier persona que quiera considerarse íntegra deben de interesarle programas más estimulantes y nutritivos para la mente, y debe olvidarse de amarillerías.

La realidad es que yo he devorado la serie. Seis capítulos viendo la vidorra de la señora de Ronaldo. Cinco horas y pico de excentricidades rodeadas de oro, de tópicos instagrameros baratos, de teatrillo, de postureo maximizado, de pijería desacomplejada y amiguismo forzado. ¡Que le abren para ella el Parque de Atracciones de Madrid! Una auténtica locura.

Y viendo el reality me ha pasado otra cosa por la que también pido perdón, porque no es de buen culé: Cristiano Ronaldo me ha caído bien. Me cuesta reconocerlo, pero sí. Me ha parecido que las cosas que decía (pocas, por suerte) tenían sentido, eran interesantes, pero sobre todo eran reales. Le he visto sincero, sencillo y hasta simpático. ¡Me he vuelto loco! Un tío al que llegué a odiar, llegué a desearle la lesión, me calentó como nadie ha conseguido calentarme -excepto Mou, claro- y poco me faltó para hacerle vudú. Pese a todo ello, me ha caído bien.

Es posible que esto haya sucedido por dos razones: la primera es por la comparación con Georgina -si alguien sale descaradamente beneficiado de la serie, este es Ronaldo-; y la segunda es que ahora que juega lejos, ya todo me parece menos grave. Recomiendo fervorosamente que veáis el reality en Netflix. No os va a dejar indiferentes. Yo me enganché. Perdón.

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