¡Peligro! El problema de la relajación

LA RELAJACION SUBLIMINAL.- Vamos a contarles una historia que por desgracia ya sabemos cómo acaba cuando un equipo se duerme en los laureles. Mal. En el deporte actual, donde el nivel de competitividad es tan alto, muchas veces la diferencia la marca la actitud, la ambición de ganar, el hambre de títulos. Mantener esta motivación a tope es la tarea básica de un entrenador cuando tiene una plantilla de cuya categoría nadie duda. Bajar la guardia, dormirse en los laureles, creerse superior, es el gran riesgo de aquellos equipos que han llegado a la cima. Cuando uno es campeón tiene dos adversarios, el rival que siempre sueña con ganar al mejor y uno mismo que demasiadas veces cree que esto de la victoria es como un mando a distancia que se maneja a su antojo y se gana cuando quiere. Es lo que los psicólogos llaman la relajación subliminal. Rendir a medio gas, correr lo justo, no meter el pie, jugar de cara a la galería. El antídoto a estos síntomas que en algunos partidos han aparecido en el Camp Nou no es otro que la mano dura, la exigencia, la disciplina.

RIJKAARD SACA EL LATIGO.- Nadie mejor para saber lo que le pasa al equipo de puertas adentro que el entrenador. Rijkaard tiene la mosca tras la oreja. No ve la misma actitud que el año anterior cuando mostraban una ilusión y una entrega que era sinónimo de rendimiento. Ahora falta hambre de victoria, sobra conformismo. Se nota la ausencia de Eto'o dentro y fuera del campo. El camerunés es un ganador nato que siempre quiere más, cuyo coraje y ambición no tiene límites. Ayer el técnico holandés dio un golpe de efecto, un aviso a la conciencia de sus jugadores. Paró el entrenamiento, les dijo cuatro cosas y les castigó a dar cinco vueltas al campo. No es nada extraordinario ni anormal. Toca hacerlo cuando te percatas de que trabajan a bajo rendimiento. Es como decirles a los jugadores que van por mal camino si se creen que con la fama se ganan títulos, un golpe de autoridad en el momento oportuno. Lo hemos dicho varias veces en lo que va de temporada, es más difícil repetir títulos que ganarlos por primera vez.

EL DEPORTIVO SERA COMO EL CHELSEA.- Todo esto sucedió en vísperas de viajar a La Coruña donde les espera un Depor que este año, con un equipo de guerrilleros muy del estilo de Caparrós, no dejan escapar de Riazor puntos como antaño. Que no se engañen los jugadores barcelonistas, los gallegos no serán más fáciles que el Chelsea. Técnicamente son inferiores, pero jugarán como si les fuera la vida, al ciento veinte por ciento. Esto es precisamente lo que les quiso decir Rijkaard con su bronca, no se relajen ya que el sábado les espera otra batalla. Si salen a tocar y esperar que falle el rival, les puede pasar lo que al Madrid en Getafe. Por eso está bien que el mister les apriete las tuercas, que no les perdone una, que les obligue a rendir a la altura de su clase. Nadie duda del potencial de esta plantilla, pero lo que comienza a ser un secreto a voces es que sólo revalidará títulos si se emplea al cien por cien. Y en este sentido, el papel de Rijkaard es clave, es el único con autoridad moral para darles un bocinazo cuando se duermen o una palmadita de felicitación cuando se lo merecen.