Pavor a que Messi levante el "Troncho"

Messi celebra su gol ante Australia

Messi celebra su gol ante Australia

David Bernabeu

David Bernabeu

A sus 35 años, Leo Messi sigue desempolvando trucos. En ese interminable cuento de hadas que arrancó hace dos décadas, el crack anda decidido a desafiar a quienes, acuciados por el terrible dolor que les causaron sus estragos, llevan lustros enteros soñando con su retirada, dándole casi por acabado y situándole por detrás de la estrella de turno. Hubo un largo etcétera... Robinho, Robben, Cristiano o Benzemà fueron utilizados de manera recurrente para bajarle a la tierra. Ni con el portugués, el único que logró competirle su reinado en los números, lograron descabalgarle.

Ahora, la última esperanza lleva el nombre de Kilian Mbappé. Claro, tarde o temprano, por una pura cuestión de edad, acabarán en Cibeles festejando el fin. Pero Leo lo va a poner caro. A la espera de los cuartos, su contribución al avance de la albiceleste está siendo casi epopéyica. Poesía en plena odisea. Messi capitanea un grupo que salta al piso para salvar a un país, no para jugar al fútbol. En el ámbito del deporte de élite, tal vez no exista mayor presión. Y lo está bordando.

Decisivo en los tres últimos partidos, ante Australia, en octavos, protagonizó la mejor media hora de un futbolista en el campeonato. Generó, pasó, desbordó, marcó y asistió. Lo de casi siempre, pero más viejo, con acompañamientos menos fiables y un pueblo incontenible detrás que confía en proclamarle heredero de Maradona. Mbappé es muy bueno, sus cifras mundialistas no parecen humanas, pero con 23 años Messi tenía tres balones de oro y era tricampeón de Europa. Cuidadito. Mbappé se enfrenta a un animal de 41 títulos colectivos y 78 individuales. Es, gane o pierda en Qatar, el mejor de la historia. Pero si se “equivoca” y se lleva el “Troncho”, no habría excavadoras para ampliar la cueva. Veo ya caritas de pavor. Rezando están.