Opinión

Ya es oficial: la crisis del Barça es deportiva, social e institucional

El pasillo del Real Madrid al Barça tras el clásico

El pasillo del Real Madrid al Barça tras el clásico / VALENTÍ ENRICH

El Barça confirmó que todas sus carencias no son culpa de la prensa, como sugirió Xavi, sino que son producto de un socavón deportivo, social e institucional que se sabe cómo ha empezado pero se desconoce como puede acabar. Hacía muchos años que no se veía a un equipo blaugrana tan inferior al Real Madrid, que hizo con su rival exactamente lo que quiso en cada momento. Nada explica mejor el bochorno que vivieron anoche los culés que los último veinte minutos de partido, intrascendentes y reducidos a un mero trámite, con los dos equipos sabiendo que el partido había terminado mucho antes del final.

La hiriente derrota se va a convertir inevitablemente en un terrible dedo acusador que no deja nadie sin señalar. Los primeros de la lista negra son los jugadores, muchos de ellos superados, hundidos psicológicamente y con un nivel sencillamente impropio de un club como el Barça. El que queda más retratado es Xavi, que lleva demasiado tiempo explicando en la rueda de prensa cosas que solo ve él, sin que las palabras puedan casar con los hechos: el día antes de la final llegó a decir que el equipo está mejor que el año pasado, otra afirmación suya -y ya van unas cuantas- que han caducado a las pocas horas. Xavi ha perdido ahora mismo lo peor que puede dejarse en el camino una leyenda como él: el crédito y la credibilidad. Sin embargo, culparle solo a él, como hacen algunos desde que vieron que la nave empezaba a perder agua, es injusto y muy poco exacto. Porque la derrota señala también una planificación deportiva deficiente, por la que han pasado hasta tres directores en pocos meses, que ha sido improvisada como todo en el club, y que ha exhibido como principal fichaje un jugador (Joao Félix) que ha sido poco menos que una imposición al entrenador.

Esta idea perversa que decía que había un plantillón y que cada vez se creía menos gente también se extinguió anoche. Los otros responsables de este inicio de hundimiento son Laporta y su junta directiva, que han empeñado al club para fichar jugadores mediocres y en algun caso muy caros, y que han vendido un triunfalismo artificial, sin correspondencia alguna con la realidad, que ha terminado por frustrar a la masa social. Las imágenes del presidente celebrando en Riad la sufrida victoria ante Osasuna como si fuera una Champions son la prueba de la confusión institucional que preside el club, obsesionado por culpar de todo a la herencia e incapaz de ninguna autocrítica. El Barça se gestiona hoy como una asociación amateur, sin plan ni gestión, a la merced de la última ocurrencia que tenga el presidente. Esto es lo que vimos en Riad, esto es lo que reflejó un encuentro que dejó al Barça desnudo y titiritando. La crisis, a todos los niveles, es ya oficial. Ni siquiera el optimismo oficial autoimpuesto podrá ya negarla.

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