Opinión

Objetivo número uno del Barça: salvar a la quinta de Lamine

Héctor Fort, Lamine Yamal, Marc Guiu y Pau Cubarsí, el futuro del Barça

Héctor Fort, Lamine Yamal, Marc Guiu y Pau Cubarsí, el futuro del Barça / SPORT

La historia señalará la temporada 2023-24 como la de la gloriosa aparición de Lamine Yamal, un jugador de 16 años que tuvo el talento y la personalidad de echarse el equipo a la espalda para tratar de salvar el ejercicio. De momento, ya ha jugado en 32 encuentros. Huele a figura mundial. Además, como consecuencia de las lesiones y del bajo nivel competitivo de algunos futbolistas, se explicará también que debutaron otros jóvenes como Pau Cubarsí (17 años, ya 6 partidos), Héctor Fort (17, 5), Marc Guiu (18, 5) o Fermín López (20, 24).

El club espera mucho de ellos. Y de Gavi (19 años, más de 100 partidos en el primer equipo) o Balde (20, más de 50); de jugadores fichados como Pedri (21) o Vitor Roque (18); de jóvenes-veteranos como Araujo (24); quizás de futbolistas cedidos como Ansu (21) o Eric (23) y de otros niños del filial y juvenil que están llamando a la puerta. Xavi Hernández ha sido valiente. Gran aportación la suya.

El club, en pleno viaje por la tormenta, debe apostar por la cantera y proteger el futuro de esta generación. Malgastar tanto talento sería imperdonable. Es dificil contar con muchos niños prodigio en un mismo momento pero como la historia es cíclica es interesante recordar lo que sucedió con la Quinta del Calvo, un grupo extraordinario que desapareció de la noche a la mañana como consecuencia de la gestión del presidente Núñez tras destituir a Cruyff, en 1996. El técnico holandés estaba preparando su segundo Dream Team con jóvenes como De la Peña -un centrocampista descomunal que a los 19 años asombró al mundo por su gran creatividad-, Velamazán (18 años), Roger (19), Celades, Juan Carlos Moreno, Quique (20), Jordi (21) y Óscar (22). Cruyff esperaba regresar al éxito con ellos más Amor, Ferrer, Guardiola y Sergi, canteranos ya consolidados; Abelardo o Nadal, españoles internacionales; extranjeros de calidad como Figo y Popescu, y los nuevos cracks: Johan pidió a Blanc (Auxerre), Zidane (Girondins) y Djorkaeff (PSG), la columna vertebral de la selección de Francia, semifinalista ese año de la Eurocopa'96 y campeón después, en el Mundial'1998 y la Euro'2000. Johan no recibió el apoyo del club, su plan B no aportó nada y él acabo en la calle.

Fue una ilusión. Núñez fichó a Bobby Robson y, de repente, el dinero que le había negado al holandés se lo ofreció al técnico inglés. Llegaron Amunike, Baia, Blanc, Couto, Giovanni, Luis Enrique, Pizzi, Stoichkov y, sobre todo, Ronaldo, un fuera de serie de 20 años que el club solo supo mantener un año de azulgrana. No hubo ni Liga ni proyecto y los 'hijos' de Cruyff empezaron a molestar. De la Peña fue el único que mantuvo el tipo pero, como el resto, acabó fuera del Barça. Fue la generación perdida. Avisados están.

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