Opinión

El objetivo es 'matar' a Alexia

Alexia Putellas - España - Australia y Nueva Zelanda 2023

Alexia Putellas - España - Australia y Nueva Zelanda 2023 / AFP

No saben cómo hacerlo, pero es su máximo objetivo. Lo intentaron los que antes mandaban y lo siguen pretendiendo algunos de los que han heredado el mando. No la quieren y algunos morirán matando. Le quitaron la capitanía para el mundial, pero siguió mandando. Ahora, intuyen que cortándole la cabeza a Alexia Putellas, volverá la calma a la selección.

Sin embargo, no saben que delante tienen a una guerrera. A una futbolista hecha a sí misma y que ha tenido que sufrir mucho llegar a ser la mejor. A una mujer comprometida, solidaria y que durante su lesión ha trabajado a destajo para defender los derechos de sus compañeras. Alexia está agotada, pero no está dispuesta a ceder. La guerra sigue abierta y el acuerdo de cristal que se firmó en Oliva puede romperse en cualquier momento.

Un veterano directivo del Barça siempre solía comentarme que la única manera de acabar con una crisis interna es matando a alguien. Parece que algunos personajes de la Federación piensan que este argumento también es válido tras el escándalo Rubiales. El objetivo es ‘matar’ a Putellas.

Mientras, por el camino, en este intercambio de acusaciones y exigencias, van cayendo directivos y ejecutivos con el peligro de llevarse por delante a algún trabajador inocente.

En fin, que el conflicto no se acabó. Ayer, la seleccionadora nacional, Montse Tomé, no dio la sensación de tener el puesto asegurado más allá de los dos próximos partidos. El panorama es lamentable. Las caras de las jugadoras son un poema y el mundo las mira. A ellas sí que las miran. Unos porque son las mejores y otros por el triste espectáculo. Esta tarde jugarán el primer partido oficial tras ganar el Mundial con más riego de lesionarse que de disfrutar. No han dormido y apenas han entrenado, pero han avanzado en algunas de sus reivindicaciones. Eso sí, ellas también deben saber hasta dónde pueden llegar sus peticiones. Todo tiene un límite.