Messi ya está esperando al nuevo presidente

Messi, líder del Barça

Messi, líder del Barça / AFP

Lluís Mascaró

Lluís Mascaró

Messi es eterno. A punto de cumplir 34 años todavía es el mejor jugador del mundo. Y el máximo goleador del 2021. Mbappé y Haaland están llamados a ser el futuro. Son jóvenes. Son fuertes. Son rápidos. Tienen talento. Mucho talento. Puede que alcancen un nivel excepcional. Pero jamás podrán acercarse a los registros del crack argentino. Unos récords que sigue batiendo gracias a la ambición que mantiene a pesar de su edad y de haberlo ganado absolutamente todo. El Barça, como volvió a quedar demostrado el miércoles ante el Elche, continua dependiendo de la magia de Messi. En un equipo en construcción como el blaugrana y con tantas dudas, la aportación de Leo es decisiva. Imprescindible. Pensar solo en la posibilidad de que Messi se vaya a final de temporada (cuando quedará libre) pone los pelos de punta a la mayoría de los culés. Y no digo a todos porque algunos (pocos, muy pocos) han sido convencidos por la falsa teoría de que desprenderse de Messi salvaría la economía del Barça. Cuando ya ha quedado demostrado que el crack argentino genera beneficios al club porque aporta mucho más de lo que cobra.

Yo estoy convencido de que Messi está esperando a que el Barça tenga nuevo presidente para anunciar que quiere seguir en el club. Solo desea un proyecto deportivo atractivo que le motive para seguir luchando por los títulos. No es un tema económico. Sino emocional. Hablando ayer con uno de los tres candidatos me confirmó mi sospecha: Messi ya no tiene la necesidad personal de abandonar el Barça. La crisis del pasado mes de agosto ha quedado aparcada. Olvidada. Sin Bartomeu, todo parece más fácil. Y los aspirantes a dirigir la entidad blaugrana saben que la primera opción de Messi es el Barça. Y la segunda. Incluso la tercera. Aunque deberán trabajarse la renovación del mejor futbolista de la historia. Messi no puede irse del Barça con un Camp Nou vacío. El día que se vaya, deberá hacerse con un gran homenaje que nos ponga a todos la piel de gallina. Y ese momento todavía no ha llegado.