El mercado de fichajes, un circo mediático

Dest, nuevo jugador del Milan

Dest, nuevo jugador del Milan / Milan AC

Toni Frieros

Toni Frieros

Los entrenadores de fútbol profesional, especialmente los de la élite, son tipos muy puntillosos, detallistas, dicen que hasta obsesivos. Lo quieren tener todo controlado y medido, tanto a nivel físico, táctico, técnico, y para conseguirlo se rodean de un staff que en algunos equipos supera en número al de sus jugadores. No dejan nada al azar y se apoyan en la más moderna metodología.

Sin embargo, todo ese orden y método, control y previsión, salta por los aires a la hora de acercarse el cierre del mercado de verano. No me cabe en la cabeza, de verdad, que equipos con entrenadores de primer nivel no sepan, una vez iniciadas sus respectivas ligas, si podrán contar con este o aquel jugador, o que después de haber acabado hace meses la última temporada, todavía tengan posiciones por cubrir. Que les dé igual menganito que fulanito. Es un despropósito. 

Que inicies la Liga con un futbolista determinado, además titular, y al cabo de tres partidos ya no lo tengas y encima se vaya a un rival directo ya es un cachondeo. Le ocurrió al Barça el ejercicio pasado con Antoine Griezmann.

La UEFA, y todas las ligas nacionales, deberían poner fin a este circo mediático que es el mercado de verano. Está muy bien la emoción hasta la hora de la Cenicienta, seguir la rumorología con programas especiales, sí, pero una pregunta rápida: ¿es normal que el Barça, a falta de cinco días para debutar en la Champions League, competición vital para el club esta temporada, no supiera qué laterales iba a tener (¡ahora tres para la banda izquierda!) o que se le haya ido Aubameyang, la mejor garantía para suplir a Lewandowski? ¿Acaso Ancelotti está feliz viendo cómo se ha esfumado su pilar en la medular, Casemiro? ¿Cómo puede consentirse que Raúl de Tomás y el Espanyol no hayan encontrado una solución a su problemática en dos meses?

No tengo la menor duda de que el mercado de verano debería cerrarse antes de empezar la Liga de cada país. Si quieren, una semana antes. Así, todos los entrenadores y todos los equipos sabrían lo que tendrían en sus manos, sin los sobresaltos de estos últimos días.

Desde que termina una temporada y empieza la siguiente hay tiempo suficiente (¡más de dos meses!) para armar una plantilla. Durante la jornada del pasado jueves se inscribieron 35 nuevos futbolistas en LaLiga. Una auténtica barbaridad. Y en clave azulgrana, ni siquiera fue posible dar de alta a Marcos Alonso, que será inscrito fuera de plazo porque llega con la carta de libertad. Tremendo.