Mal juego del equipo y peor resultado

Valverde sorprendió repitiendo el mismo centro del campo que tan buenas sensaciones transmitió frente al Nápoles. Pero San Mamés no fue lo mismo. El Athletic estuvo mucho más intenso y efectivo en su presión, logrando uno de sus primeros objetivos: De Jong apenas sí tuvo protagonismo en el juego del Barça.

El holandés jamás estuvo cómodo y acusó serios problemas en la conexión con los centrales para facilitar la salida del balón desde la cobertura.

La gran consecuencia de esta carencia en el origen fue que los de Valverde no manejaron en ningún momento el partido. Y, en consecuencia, las ocasiones de gol brillaron por su ausencia. La única excepción fue el palo de Luis Suárez, tras un grave error local, y el travesaño ocasionado por el disparo de Rafinha en una jugada individual.

Por contra, el Athletic sí disfrutó de tres o cuatro oportunidades para batir a Ter Stegen producto del juego colectivo.

más dominio... pésimo resultado Con la entrada de Rakitic tras el descanso, el panorama cambió de forma ostensible. El croata arropó a De Jong formando casi un doble pivote. Automáticamente, el Barça recuperó iniciativa y trasladó el juego a la parcela del Athletic. En este sentido, teniendo en cuenta la falta de ideas de los atacantes azulgrana, cabe destacar la aportación de Rafinha, el más incisivo tanto jugando como extremo o bien de interior.

Es cierto que el Barça tuvo más presencia en los metros finales y generó más sensación de peligro, pero fue incapaz de ver puerta en esta primera jornada de campeonato.

El gol de Aduriz bien merece una reseña especial, un tanto de bella factura para el gran veterano de la Liga.

En definitiva, mal inicio del Barça en el campeonato y la sensación de que Valverde todavía debe dar con varias teclas para reconducir la reacción del equipo.