Si el Madrid no ganó este clásico, ¿cuándo lo va a ganar?

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gbonafc barcelona real madrid foto valenti enrich191219001528 / sport

Ernest Folch

Ernest Folch

El partido que tenía que decidir tantas cosas lo dejó todo en tablas, fuera y dentro del terreno de juego. Fue un clásico en el que el Madrid fue de más a menos y el Barça de menos a más, y pudo ganar cualquiera de los dos. En el balance final, el equipo blanco ganó por los puntos, porque cuando dominó lo hizo de manera indiscutible, sobre todo en la primera parte, cuando tuvo al Barça asfixiado y contra las cuerdas.

Zidane planteó un partido ambicioso y valiente, pero se quedó a medias porque sufrió por su punto más débil, el gol: el Real Madrid confirmó que sigue teniendo problemas para traducir al marcador su evidente dominio. La reflexión en el Barça es la inversa: el equipo de Valverde sufrió una vez más lo indecible para controlar el partido, fue dominado en algunos momentos de la primera parte de forma obscena, pero en cambio supo sobrevivir y podría incluso haber ganado si el equipo hubiera seguido a Messi en alguno de sus arranques, en los que desestabilizaba por completo a su rival.

El clásico deja un mensaje curiosamente disonante y poco fiel a la tradición: el Madrid tiene hoy más fútbol pero el Barça tiene más pegada. Aparentemente el Real Madrid puede hacer la lectura más positiva de los dos porque sale vivo de un clásico, y además como visitante, y puede decir que este año, por fin, no va a tirar LaLiga. Pero al mismo tiempo deja una pregunta inquietante en el aire: Si el Madrid no ganó este clásico, ¿cuándo lo va a ganar? Sin duda perdió una oportunidad de oro, que puede.

EL BARÇA NO PUEDE QUEJARSE DEL ÁRBITRO

Dos acciones de Varane en el área del Barça encendieron la polémica. La primera es una patada de Lenglet, acción discutible porque no hay voluntariedad y parece fortuita. La segunda, mucho más clara, es un agarrón, que revisado debería haber sido penalti. Fue injustificable que no se revisara el agarrón a Piqué, y fue injustificable que no se revisara el de Varane.

EL APOCALIPSIS TENDRÁ QUE ESPERAR

Hubo incidentes lamentables alrededor del Camp Nou, pero los que nos prometían el Apocalipsis se toparon de bruces con la realidad: la afición del Barça es ejemplar y Barcelona no está en guerra. Si algo quedó claro ayer es que el partido se podía disputar perfectamente y que probablemente fue excesivo aplazarlo. Incluso las manifestaciones del ‘Tsunami’, amplificadas en los últimos días hasta la histeria, fueron tan pacíficas como algo descafeinadas, sin la asistencia prevista.