Luis Enrique, víctima de la falta de gol

La actual selección española no genera la misma unanimidad que la que ganó dos Eurocopas y un Mundial. La adhesión inquebrantable a aquel equipo histórico se acabó en el mismo momento en que se terminaron los triunfos. Y una figura tan indiscutible como la de Vicente del Bosque pasó a ser pasto de las críticas. Nada nuevo en la historia de los seleccionadores pasados, presentes y futuros. Con Luis Enrique la situación se ha agravado. La decisión del técnico asturiano de no convocar a ningún jugador del Madrid (especialmente controvertida ha sido la ausencia del capitán Sergio Ramos) ha provocado el rechazo inmediato de la caverna mediática. Luis Enrique sabe que, más que nunca, está sujeto a los resultados. O gana o será atacado sin piedad. Por eso, para él y para la selección era tan importante empezar la Eurocopa con una victoria solvente, incontestable. Para apagar el fuego, nada mejor que un baño de euforia… aunque sea desmedida. 

España hizo méritos para protagonizar ese arranque triunfal, pero la falta de gol volvió a penalizar severamente a la selección de Luis Enrique. El equipo español fue muy superior al sueco, especialmente en la primera mitad, pero las grandes intervenciones del portero Olsen y un fallo clamoroso de Morata evitaron lo que parecía inevitable: iniciar la Eurocopa con una clara victoria. No pudo ser y las reacciones adversas no tardaron en llegar. Segundos después del empate a cero, los medios de comunicación madridistas empezaron su particular acoso a Luis Enrique. Le tienen ganas y no pueden esconderlo. La animadversión hacia el entrenador asturiano se ha ido alimentando a lo largo de los meses. Y ahora ha estallado con toda su virulencia. No le van a perdonar su barcelonismo militante. Y sacan todo su rencor aprovechando este primer tropiezo en la Eurocopa. España jugó un muy buen partido. Con un fútbol a momentos, incluso, brillante. Faltó puntería. Sí. Pero de eso no tiene la culpa el entrenador. Les da igual. Cualquier excusa es buena para atacarle. Si llegan a perder...