Las razones del fichaje de Kevin-Prince Boateng

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Ernest Folch

Ernest Folch

¿Por qué el Barça ficha a Kevin-Prince Boateng , de 31 años, delantero del Sassuolo, equipo onceavo de su carrera, y personaje excéntrico, más conocido hoy por su vida extradeportiva que por su fútbol? Básicamente porque los condicionantes para la búsqueda eran tan restrictivos que el club ha terminado dando con un perfil poco habitual. Boateng viene cedido para cumplir una misión específica en el menor tiempo y coste posibles. Ya sucedió con Murillo Todibo: el Barça antepone su cuenta de resultados a sus necesidades deportivas, y envía el mensaje de que está en una época de vacas flacas. 

En cuanto a las razones deportivas, da la sensación de que, entre lo poco que podía escoger, el club prioriza la veteranía y la competitividad por encima del resto. Sin duda, Boateng es (o ha sido) un buen jugador, tiene experiencia, ha jugado en LaLiga, tiene gol (a pesar de estar muy lejos de ser un ‘9’ puro) y es un jugador con carácter. La debacle de Roma dejó un trauma interno, y por eso no es casualidad que en verano se fichara a Arturo Vidal y ahora se fiche a Boateng, dos jugadores tallados por un perfil similar en cuanto a su temperamento inequívocamente luchador.

Sin embargo, es inevitable tener la impresión de que Boateng llega como consecuencia de una planificación que ha priorizado la economía por encima de la lógica futbolística: se traspasó a un ‘9’ como Alcácer para hacer caja, se decidió vender a Munir al Sevilla en enero para sacar algo de rédito, pero el resultado ha sido que se ha tenido que ir al mercado a buscar un nueve suplente de urgencia para tapar el hueco que el mismo club había creado.

Por definición, tener que fichar a un ‘9’ en enero sin que haya una lesión de por medio es un síntoma de improvisación o de que el presupuesto presiona cada vez con más virulencia a la secretaria técnica.  A favor de la operación está que el riesgo es mínimo.