Larga vida al VAR

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El VAR ha actuado por primera vez en el Francia - Australia / AFP

Rubén Uría

Rubén Uría

Después de años de lamentos sobre la injusticia en el fútbol y de que tanto aficionados como periodistas reclamasen que los árbitros contasen con la ayuda de la tecnología para rebajar el índice del error humano, resulta imposible no declararse fan absoluto del VAR. A pesar de que muchos jugadores reniegan de su uso, de que muchos aficionados prefieren seguir refugiados en la polémica de barra de bar y de que algunos periodistas se empeñen en defender una postura que tiene más que ver con la prehistoria que con la evolución natural de las cosas, el VAR ha llegado para quedarse. No acaba con la polémica, no es perfecto y su aplicación instantánea aún no tiene la mejor coordinación posible, pero no sólo ayuda a los árbitros, sino también al juego. 

Tiene que los que se han pasado años llorando por un sistema arbitral digno rajen del VAR. Tiene su miga que muchos futbolistas, que se pasan el día quejándose de injusticias y sólo lloran cuando les quitan y no cuando les dan, sigan empecinados en negar las virtudes del VAR. Y tiene menos explicación que un nutrido grupo de periodistas sea tan obtuso de no comprender que el VAR no se carga el fútbol, ni lo interrumpe, ni lo convierte en un partido de la NFL, sino que está consiguiendo, poco a poco, que se acepte como lo que es: un avance significativo, como en su día lo fue la implantación del fuera de juego. 

El VAR no sólo potencia los valores más puros del fútbol, sino que retrata a los jugadores que fingen, ayuda a los colegiados en la toma de decisiones y reduce el margen de error. Su factor corrector ya es, de lejos, la gran noticia de esta Copa del Mundo. Permite invalidar un gol ilegal, validar o no un gol en el limbo, señalizar una agresión flagrante o penalizar la imagen del futbolista que intenta engañar al árbitro, al compañero y también al aficionado. Si el árbitro toma una decisión, acertada o equivocada, ya no salta al vacío para que le echen a los leones sin piedad. Ahora tiene un elemento de consulta para no cometer un error grosero. Larga vida al VAR.