Sí, Jorge Sampaoli tiene perfil Barça

El regreso de Jorge Sampaoli al Sevilla es una muy buena noticia se mire como se mire: para el alicaído equipo hispalense que navegaba sin rumbo, para LaLiga... y, sí, también para el Barcelona. Contar con un entrenador que construye equipos de autor da prestigio deportivo a la competición.

En clave Barça, es una magnífica oportunidad de observar semanalmente a un técnico que tiene experiencia y entendimiento futbolístico para sentarse un día en el banquillo del Camp Nou, cuando Xavi Hernández, como cruyffista puro que es, decida poner punto final a su etapa, consciente que los ciclos largos solo provocan desgastes innecesarios.

Con ‘Sampa’ no hay medias tintas. Su radicalidad obsesiva, que sus detractores reproban, es, en realidad, una de sus mejores virtudes para mantener un vestuario enchufado, con los pies en el suelo y alejado de la vida de ‘pop star’ en que se ha transformado el deporte profesional.

Las grandes revoluciones futbolísticas han triunfado porque han sido disruptivas. Sus protagonistas han tenido la personalidad de no pactar su ideario y de ser honestos consigo mismo para negarse a cohabitar con la mediocridad de la especulación y del resultadismo.

En este punto y en su contacto áspero con la prensa, el técnico argentino tiene muchas similitudes con Luis Enrique, que ganó la última Champions para el Barcelona, con un Triplete incluido que la Caverna nunca le ha perdonado, ni tan siquiera ahora en su etapa seleccionador.

El crecer a partir del balón, la interpretación ofensiva de jugar con tres atrás y la presión asfixiante, por mucho que en algunas fases pueda convertirse en un uno contra uno en todo el campo, forma parte del libreto estilístico del Barcelona. También lo es la mejora individual - que es una de las grandes virtudes del ahora entrenador sevillista - y la personalidad y la convicción que, muchas veces, la solución está en las categorías de base. 

La filosofía de Bielsa, de la cual Sampaoli se declara un admirador, es plenamente compatible con la escuela táctica del Barça. Mucho más, por ejemplo, que la que ponen en práctica otros técnicos argentinos, como Marcelo Gallardo, del River Plate, que llegó a aparecer en las quinielas para substituir a Ronald Koeman.

Xavi marca la vuelta al camino correcto del cual el club, bajo ninguna circunstancia, se debería haber apartado. Luego, para que el proyecto sea sostenible, debería abrazar e incorporar todas las versiones futbolísticas testarudamente ofensivas sin importar su nacionalidad de origen.