¿Por qué ya no se habla del modelo?

Xavi, durante la entrevista con SPORT

Xavi, durante la entrevista con SPORT / DAVID RAMÍREZ

Ernest Folch

Ernest Folch

El Barça se encuentra en un punto crítico global. Punto crítico institucional: empieza el proyecto del nuevo Camp Nou y se intentan recoser las relaciones con UEFA y quizás con LaLiga.

Punto crítico económico: se asume la mayor deuda de la historia (1.500 millones) y se preparan los recortes más duros de la historia del club en un contexto de incumplimiento sistemático del presupuesto. Y punto crítico deportivo: se despide la generación gloriosa, y se empieza a preparar un equipo que por fin sea capaz de dar un salto en Europa.  A pesar de las dificultades presupuestarias y con el ‘fair play’, la rueda que mueve el entorno del Barça es demasiado poderosa como para renunciar al mercado de los fichajes, a la subasta permanente de nombres y a la especulación continua.

Aparte del ‘caso Messi’ (su vuelta se perfila muy improbable), es evidente que la configuración de la próxima plantilla es sin duda una de las más importantes de la historia, si no la más importante. En un momento crucial y extremadamente peligroso de la historia del club, con un proyecto todavía muy frágil y con una estructura deportiva incierta, el Barça se dispone a dar carpetazo definitivo a la mejor generación de su historia para que una nueva hornada de definitivamente un paso al frente. 

En este contexto, es por supuesto importante saber quién vendrá y sobre todo quién saldrá. Pero por encima de todo es decisivo saber a qué se quiere jugar, qué errores se cometieron la pasada temporada y qué plan hay para rectificarlos, así como cuál debe ser el peso de la cantera en la configuración de la plantilla. 

Es decir, hay que volver a poner el modelo encima de la mesa, y hay que tenerlo en cuenta para cualquier decisión. Como ya vimos la temporada pasada no tiene nada que ver jugar con Kessie (fichado) o con Nico (cantera, cedido). No es lo mismo jugar a centrar balones (como sucedió en tantos partidos) que jugar al pie y construir jugadas largas.

No es lo mismo jugar con ambición y arriesgar, que plantear partidos para ganar solamente 1-0 (el resultado más repetido de la temporada que acaba de terminar). Y no es lo mismo tener un solo goleador nato (Lewandowski) o un solo driblador nato (Dembélé), que tener alternativas más sólidas. Que el mercado de fichajes no nos haga olvidar las preguntas importantes. Es paradójico que con Xavi de entrenador es cuando menos hablemos del ADN.  A ver si de tanto darlo por sentado hemos dejado de exigirlo.